Eso sucede en todos los ámbitos de la vida y en el trabajo no es diferente. ¿Quién no pasó por la situación de sentirse desmotivado, ejecutando tareas que se hicieron monótonas y que no le dan ninguna perspectiva de éxito?
Por eso, es importante que a uno le guste lo que hace. Aunque la motivación sea algo personal hasta cierto punto, existen factores motivacionales comunes que se pueden usar a diario.
1.- Aprenda a amar lo que hace: si no está en el trabajo de sus sueños, quizás sea hora de cambiar de función o de profesión. Pero es necesario ser realistas: un cambio así, la mayoría de las veces, no sucede de la noche a la mañana. Mucho menos si hay una familia que mantener. Seguramente no renunciará porque tiene cuentas que pagar.
Entonces, identifique lo que más le gusta de su función y enfóquese en ello. Sea el mejor en lo que hace. Empeñarse para destacarse es un gran factor motivacional.
2.- Mantenga su energía en alza: el mundo en que vivimos está lleno de beneficios tecnológicos que facilitan nuestras vidas, pero también nos roba energía.
Nadie logra ejecutar una tarea con excelencia y entusiasmo estando exhausto. Por eso, un sueño reparador, una alimentación nutritiva y balanceada y momentos de placer son imprescindibles para recuperar energías después de un largo día de trabajo.
3.- Termine algo todos los días: una de las frustraciones más comunes es empezar algo y no terminarlo. Lo mejor es poner como meta principal terminar algo todos los días. Cuando somos exitosos en algo, la motivación aumenta y nos da la confianza necesaria para dar mayores pasos.
4.- Conéctese con Dios: con Él a su lado todo es posible, quien tuvo una experiencia con Dios recuerda los momentos difíciles y sabe que Dios siempre lo librará de nuevo.
Conquistas en el Congreso para el Progreso
Alicia: “Tenía terrenos en Pilar que hacía 40 años no podía vender porque contaba con los boletos pero no con las escrituras, estaba todo trabado. Participé en la reunión y gracias a Dios la semana pasada los pude vender”.
Analía: “Llegamos al Congreso para el Progreso con la vida trabada. Si bien habíamos conquistado, se nos había venido todo abajo. Estábamos endeudados, debíamos aproximadamente cuatro millones de pesos. Nos sentíamos desorientados, sufríamos muchas humillaciones, nos venían a buscar los proveedores, fue un tiempo muy triste, no sabíamos qué hacer. Pero participar en el Congreso nos cambió la vida, pudimos resolver nuestros problemas, renegociamos la deuda y tenemos un proyecto grande de trabajo. Compramos nuestro auto 0 km y gracias a Dios recompusimos nuestra empresa textil y la de productos químicos, que era la que había provocado los problemas”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
[related_posts limit=”17″]