Petrona Romero: “Era una persona sin ganas de vivir, estaba triste, con graves complicaciones de salud. También pasé por violencia, todo fue un caos. Lo peor fue sufrir asma severa durante 20 años. La enfermedad fue traumática, tomaba 14 tipos de medicamentos. Me quitó fuerzas, me deprimí. Esas frustraciones hacen que una persona se sienta vacía, sobre todo en la parte espiritual. El asma es psicosomática, emocional. Hacía tratamientos alternativos, y psicológicos. No podía contar con mi esposo porque él padecía las adicciones. La dosis de medicamentos aumentó. Me pidieron que usara un cartel, porque me desmayaba en los colectivos, en cualquier lugar, mi vida corría riesgo. A pesar de todo trabajaba, pero el dinero se iba en medicamentos. Para colmo, mi hijo estaba gravemente enfermo con reflujos. Ya lo tenía en lista de espera para un trasplante de hígado. Mi salud era tan delicada que pasé por dos paros cardiorrespiratorios, perdí una beba en término de gestación. El fallecimiento de mi hija fue la gota que rebalsó el vaso. Llegué confundida a la Universal, había caminado sin rumbo. No sabía ni qué día era, entré durante una reunión. Escuché que Jesús había llevado todas las enfermedades y eso me hizo pensar, me dio fuerza. Con el tiempo, mi mentalidad cambió, entendí que debía obedecer. Pude superar el fallecimiento de mi beba. Hoy mi hijo y yo estamos sanos. Me siento fortalecida, con ganas de vivir. Mi esposo se liberó de los vicios, la familia está en armonía. Comencé a ser positiva, tengo autoestima alta. No hay problema que me pueda sacar de mi equilibrio. Lo mas importante es que pude llenarme del Espíritu de Dios. Espero que les sirva mi historia de vida, porque hay una salida si cree y lucha”.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al (011) 5252-4070.