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Margarita participó de las reuniones de la Hora del Milagro y Dios la sanó completamente

“¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!”,(Salmos 139:17)

“Tenía mucho dolor de espalda, casi no me podía mover, hacía 6 meses que estaba así…»

Las conquistas no nos pueden librar de las aflicciones…

Si tiene dificultades para reconocer la voz de Dios, seguramente, ya se hizo esa pregunta