“Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?”, (Jeremías 4:14)
La verdad es que todos nosotros, en algún momento, ya sufrimos con pensamientos distorsionados. Algunos con más frecuencia, es verdad. Pero, de modo general, ese es…
La maledicencia es hablar mal de una persona ausente, refiriéndose a alguna falla que haya sido practicada o dicha por alguien que no está presente cuando…