A pesar de que muchos van a la iglesia, son buenos y creen en Dios, su vida muestra completamente lo opuesto a la fe que profesan
Estos últimos días he leído sobre Gedeón y, cuanto más leo, más indignada estoy; porque su historia representa la historia del pueblo de Dios hoy. Fíjese… cuando el padre de Gedeón le contó los hechos del Dios de sus padres, Gedeón creyó, no cuestionó, ni siquiera se debatió que se trataran de historias del pasado.
Él creyó de tal forma que, cuando las cosas no estuvieron de acuerdo con las promesas que Dios le había hecho a su pueblo, se indignó. Una persona solamente se pone así cuando realmente siente la injusticia.
Yo escucho a un montón de gente decir “yo no acepto esto” pero con sus actitudes están diciendo “está todo bien, yo puedo aguantar un poquito más”. y dicen eso porque tienen miedo de creer y terminar decepcionándose al esperar algo que, talvez, nunca suceda. Lo que no saben es que ese miedo las aparta de Dios.
El padre de Gedeón fue quien le habló de Dios, y aun así, observe cómo estaba su vida. Él le levantó un altar a Baal ¡dentro de su propia casa! El padre de Gedeón representa a muchos cristianos de la actualidad. Les dicen a sus hijos que vayan a la iglesia, que sean buenos, que crean en Dios, que esto y aquello, sin embargo sus vidas muestran completamente lo opuesto a su fe.
Pero Gedeón creyó en esas historias con todo su corazón, y fue por eso que no aceptó la miserable vida que estaba viviendo. Cuando usted cree realmente en las promesas de Dios, usted no acepta menos de lo que fue prometido. Si aun está cómodo con sus problemas, discúlpeme pero usted no cree en Dios de verdad.
Texto extraído del blog de Cristiane Cardoso