“¿Qué es la fe?”, con esa pregunta comenzó el mensaje de salvación que el obispo Djalma llevó a las 1700 personas que colmaron la Universal de Monte Grande el pasado martes 19 de mayo.
“Es certeza, convicción, seguridad. Si hay duda no hay fe. Por la fe, Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir. Tener hijos era algo imposible, ¿qué es lo que para usted ha sido imposible? La fe de Sara solucionó su problema y la fe sirve para eso, para solucionar problemas, para abrir lo que está cerrado, para desatar o que está atado.
Pero, ¿qué clase de fe? Dice la Biblia: ‘y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad’, (Hebreos 11:11). Ya no era tiempo de ser madre, pero hay personas que dicen ‘¡Ah, ya pasó el tiempo! Ahora ya es demasiado tarde’, no, para Dios nunca es demasiado tarde, ¡nunca!
Hacer eso es poner límites al poder de Dios. Porque para el poder de Dios el tiempo no hace ninguna diferencia, las condiciones no hacen ninguna diferencia. Dios es fiel, si Él prometió, Él hará.
Sara no solo creyó que Dios era fiel a Su Palabra, sino que ella también fue fiel a la Palabra de Dios. Y esta es la respuesta. Quizás su fe no es como la fe de Sara, o la fe de su marido Abraham. La fe de ellos era obediente a la Palabra de Dios. ¿Usted ha sido fiel a la Palabra de Dios?
¿Cómo es una persona que es fiel a la Palabra de Dios? Es la que un día se entregó a la Palabra de Dios de cuerpo, alma y espíritu, y hoy vive de acuerdo con Su voluntad.
¿Tiene errores? Sí, los tiene. Porque nadie es perfecto. Dios no espera de nosotros la perfección, Él espera de nosotros el compromiso. Si yo soy fiel a esta Palabra, Dios en mi vida será fiel también a lo que Él prometió.
‘Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.’, (Hebreos 11:12). Del cuerpo de Sara, ya casi muerto, dice la Biblia que salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Imagínese lo que puede salir de usted. Porque si de un cuerpo casi muerto, desahuciado, salió una descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. ¿Qué es lo que puede salir de usted? Todo. La bendición para su familia, la solución para su problema. ¿Y cuál es el precio, cuál es la condición? Ser fiel a la Palabra de Dios, como Dios es fiel a Su Palabra.
Si usted se entrega en obediencia y tiene un compromiso con Él, como tuvieron Abraham y Sara, su vida será una vida nueva, transformada y bendecida en todos los sentidos. Recuerde: de usted puede salir algo muy grande”.
Luego, el obispo invitó a quienes deseaban entregar la vida a Jesús a acercarse al Altar para orar por ellos.
Testimonios
María Elena: “Hace 15 años sufro con lumbalgia, sentía dolores, sobre todo en los días de humedad como hoy. Participé de la oración y gracias a Dios no me duele nada, me puedo agachar sin problemas”.
Elena: “Tenía cálculos renales, me hicieron tomografías, sentía mucho dolor, no podía ni tocarme porque me desmayaba del dolor que tenía. Participé de la oración y gracias a Dios puedo tocarme la zona sin problemas, no me duele más. Hacía 21 días que estaba así”.
Estela: “Hace dos meses empecé a tener problemas estomacales. Fui al médico, me hicieron estudios y el resultado decía que tenía divertículos. Empecé a sentir mucho dolor, no podía dormir ni caminar. Recibí la oración y el dolor desapareció”.
Mariela: “Tenía problemas en la tiroides hace siete meses, se había desarrollado un nódulo que era palpable y me dolía. Además sentía dolores en la boca del estómago, hace dos días que no como nada. Hoy participé de la oración y tanto el nódulo como el dolor de estómago desaparecieron”.