La construcción del emprendimiento cuenta solo con la ayuda de los fieles
Nunca escuché en la historia de los evangélicos, un proyecto de construcción tan osado como el Templo de Salomón. En la réplica que está levantándose en el Bras, el barrio de la zona este de San Pablo, ya se trabajaron 654 días y se gastó 200 millones de reales, valor que proviene de las donaciones de los fieles.
En la obra, ya avanzada debido al trabajo ininterrumpido, ahora se están levantando grandiosas estructuras que formarán parte de la cobertura del predio – de la altura equivalente a la de un edificio de 18 pisos. Los denominados “tesoros metálicos”, que pesan más de 60 toneladas y tienen más de 80 metros de estructura, están irguiéndose uno por uno, con precisión y cautela. Serán ocho en total.
El martes 17 de julio, los obispos Clodomir Santos y Sergio Correia presenciaron de cerca el paso a paso de la construcción. Ya se construyó cerca del 30% y ahora la obra comienza un momento crítico, ya que solo para el revestimiento, se gastarán más de 64 millones de reales, sin mencionar los gastos mensuales (entre 15 y 30 millones), que tienden a aumentar con el aumento del trabajo.
Hasta el mes de noviembre, el Templo deberá estar cubierto, y será entonces que el edificio entrará en la fase de terminación.
Su importancia
Para los judíos, el Templo era un lugar de adoración y sacrificios a Dios. Cuando el pueblo de Israel iba en dirección a la Tierra Prometida, después de la liberación de la esclavitud en Egipto, el propio Dios orientó que se construyera un Tabernáculo, donde lo adoraran.
Pero el Rey David propuso una Casa para Dios, para la cual, el propio Dios lo instruyó en la edificación de un Templo que fuera generosamente espléndido, para que sea honrado y glorificado en todas las tierras (lea 2 Samuel 7:2-3 y 1 Crónicas 22:5 y 28:19).
Y de esa manera fue construido por el hijo de David, el Rey Salomón. Sin embargo, fue destruido y reconstruido a lo largo del tiempo.
Existe una creencia de que el Templo de Salomón será reconstruido en Jerusalén, después de que un terremoto destruya la Mezquita islámica de Omar. Pero mientras eso no sucede, el obispo Edir Macedo, inspirado por el Espíritu Santo, decidió crear una réplica del predio con las mismas medidas y proporciones bíblicas.
Él contó que durante un viaje de peregrinación a Tierra Santa, le dijo a otros obispos acerca del deseo que tenía de que todo el pueblo de la IURD pudiera, al menos una vez en la vida, tocar el suelo y las piedras que un día tocó Jesús.
Fue entonces que pensó en la posibilidad de llevar pedazos de la tierra al pueblo: “Si no puedo traer a todo el pueblo para acá, entonces les voy a llevar partes de esta tierra a ellos.
Y en agosto del 2010, comenzó la obra, con el lanzamiento de la piedra fundamental.
La importancia de la donación
La Iglesia Universal cuenta solo con los fieles para que el Templo de Salomón sea concluido. Para la IURD, la fe en el Dios de lo imposible hará que cada persona que contribuya reciba las promesas escritas en Su Palabra.
Si usted tiene el deseo de ver esta gran obra realizada, puede hacer su donación haciendo clic aquí.