Las personas que se entregan a Dios aceptan vivir conforme a Su voluntad.
El Señor Jesús nos enseñó eso cuando enunció la oración del Padre Nuestro, al decir que la voluntad del Padre debe ser hecha así en la Tierra como en el Cielo (Mateo 6:10).
De esta manera, aquel que adora a Dios tiene la disposición para aprender los juicios del Señor:
Cómo está siendo su experiencia del Ayuno de Daniel? Deje su comentario.
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