¿Tenemos un objetivo claro en la vida? Para los atletas cuyo objetivo es la obtención de la medalla olímpica todo lo demás es secundario. La manera de comer, dormir, estudiar y entrenar, todo es determinado por ese objetivo claro.
Esto es tan cierto en nuestra vida, como lo es en la vida de los deportistas de competición. Sin un objetivo definido, estaremos siempre distraídos y gastaremos nuestras energías en cosas secundarias.
¿Cuál es nuestro premio? Es la calidad de vida prometida por Dios, a sus hijos.
Sin un objetivo claro, nuestra vida se divide en muchas tareas y obligaciones que nos vacían y nos dejan con una sensación de agotamiento e inutilidad.
No sirve de nada decir que quiere alguna cosa. Si usted quiere, alcáncela de forma inteligente. Tenga un objetivo claro, haga lo necesario para lograrlo, de preferencia conscientemente.
Y recuerde que las personas exitosas están dispuestas a hacer cosas que personas fracasadas no quieren hacer. Sea agresivo en sus objetivos, sin perder la sensatez. Ejercite su capacidad de gestión financiera y personal.