Es el deseo de todos tener el una vida tranquila, próspera, con el fin de darle lo mejor a la familia. Sin embargo, son pocos los que tienen osadía para pensar en grande y asumir riesgos, principalmente con respecto a la vida económica.
La mayoría de las personas ve la riqueza como un sueño inalcanzable. Para ellas, convertirse en un empresario, ser rico, es un sueño imposible de alcanzar.
Ser feliz en el matrimonio parece una idea del pasado. Todo lo que realmente quieren suena como si no les fuera permitido.
“La persona se vuelve exitosa cuando deja de mirar a esos grandes proyectos como sueños inalcanzables y comienza a verlos como metas que pueden alcanzarse. Ella sabe que puede ser lo que quiere, entonces, ¿por qué va a conformarse con menos de lo mejor?” afirma J. Edington en su libro “50 tonos para el éxito”.
Sea una persona de visión, luche para que las cosas sucedan de la manera que quiere, no desista, porque es así que un sueño se hace realidad.
Transitar los mismos caminos puede darle una sensación de seguridad, pero le imposibilitará que descubra nuevos caminos. Actuar así puede parecer hasta más sensato, pero, por otro lado, limitará su desarrollo. Es el caso de muchos que tienen miedo de realizar algún movimiento brusco en los negocios y perder todo lo que conquistaron.
No nos estamos refiriendo a solo pensar en grande, sino, sobre todo, a imaginar y a trazar claramente los pasos necesarios para alcanzar su objetivo.
No sirve de nada solo querer tener la mayor fábrica de chocolates y quedarse imaginando cómo sería. Antes necesita comenzar a hacer los chocolates, venderlos, conquistar clientes y abrir la primera tienda.
Dios es ilimitado
Si usted se siente pequeño y, por eso, no puede viabilizar sus sueños, lo mejor que puede hacer es dejar de basarlos en el tamaño de sus condiciones actuales.
Es necesario tener fe en sí mismo y, sobre todo, en Dios. Esto hará la diferencia. ¿Por qué? Porque si hablamos de un Dios ilimitado, nos referimos a un Dios que no se puede medir.
Si basa sus sueños en algo mucho más grande que usted, la chance de poder verlos hacerse realidad, también es grande. Cuando comienza a tener visión de la grandeza de Dios, no hay más límites, y su vida dará un vuelco, porque no se basará más en su propia fuerza o capacidad.
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