Es necesario que las personas dejen de lado su pasado para comenzar una relación, si es que quieren que sea duradera. Es necesario que los complejos del pasado sean superados para que se puedan sentir en confianza el uno con el otro.
La inseguridad es algo con lo que muchos deben convivir a lo largo de gran parte de sus vidas, pero trasladar ese peso a su pareja puede hacer que una relación está en constante riesgo.
Tratar de controlar constantemente lo que hace o deja de hacer la persona a quien ama es una clara señal de baja autoestima. Revisar redes sociales, teléfono y preguntar constantemente qué está pensando denota el miedo que tiene de perder al ser amado.
Lamentablemente, lo más probable es que la persona que está al lado suyo se convierte en rehén de sus inseguridades. En una simple salida es posible que se desate una gran pelea, solo porque uno de los dos se siente inseguro del otro.
Si usted es una persona insegura es necesario que trabaje en ello, participando de las Charlas de la Terapia del Amor, todos los jueves a las 10, 16 y 20 en Avenida Corrientes, 4070, Almagro.
Haga click aquí y vea donde se lleva a cabo la terapia.
“Creía que todos los hombres me iban a maltratar”
Omar y Andrea anduvieron un largo camino para ser felices:
“Tenía depresión, tuve varios fracasos sentimentales, desde chica. Cuando era chica veía a mi padre alcohólico maltratar a mi madre. Crecí viendo el maltrato, después conocí a una persona pensando que iba a ser feliz, con él conocí las drogas, conocí la calle y no me valoraba como mujer. Pensaba que nadie me iba querer, conocí lugares en los que puse en riesgo mi vida. Con el tiempo conocí a otra persona, tuve un hijo, sufrí maltratos, infidelidades, así fue que llegué a la iglesia.
Dios me quitó toda la angustia y tristeza, el me ayudó a ser mejor. Omar también llegó en un mal momento de su vida, pero logró cambio que necesitaba: “Necesitaba curar mi interior si o si, no con una persona sino conmigo mismo. Sabía que podía dar más, estaba solo, hice un pacto con Dios. Conocí a Andrea y hoy tenemos 5 años de casados, Dios restauró nuestras vidas, seguimos luchando y no implica que no tengamos dificultades, diferencias, pero estamos bien.”
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