Adelia Gipa sabe tanto lo que es el sufrimiento como la salida para los problemas. A raíz de un cáncer terminal en el útero había quedado en una situación económica crítica.
“En la Universal me sané, pero había quedado mal económicamente. Cuando llegó la campaña del Templo de Salomón, yo creí en la Palabra, me lancé en el Altar, hice mi sacrificio, envié mi pedido y al poco tiempo obtuve la respuesta. Hoy tengo mi negocio propio en una avenida muy importante de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora estoy yendo por un nuevo negocio, quiero abrir otro local”, cuenta.
El secreto para la conquista queda muy claro en las palabras de Adelia: “Yo nunca le negué a Dios nada de lo que me pidió y Él tampoco me negó nada”, finaliza.
Felipa, como otras 347 millones de personas en todo el mundo, sufría de diabetes, una enfermedad controlable pero que no tiene cura, pero ella la encontró enviando su pedido al Templo de Salomón.
“Me fui a realizar estudios de rutina y me detectaron diabetes. El médico me dijo que tenía que tomar medicación de por vida, pero me hacía mal, me mareaba. Estuve luchando con esa enfermedad durante dos años y mi situación empeoraba con el tiempo, sentía nauseas y dolor de estómago.
Encontré la oportunidad de curarme al enviar mi pedido al Templo de Salomón. Lo hice, sacrifiqué y Dios me respondió. Hoy estoy sana, la diabetes forma parte del pasado, tengo los estudios médicos que demuestran que estoy curada”.
“Dios respondió nuestro pedido”
Natalia Madrid era una persona muy agresiva debido a los problemas de salud que sufría: “De chica me diagnosticaron reflujo, tenía que dormir sentada rodeada de almohadas y me ponía muy nerviosa. Me descargaba con mi marido y con mis hijos, tomaba más de 320 pastillas al mes, llegué al punto de querer suicidarme. Para colmo mi hija sufría asma crónica y todos los años terminaba internada en el hospital”, recuerda Natalia.
Una persona la invitó a la Universal, donde escuchó la Palabra, creyó y aprovechó la oportunidad para cambiar su vida. “Junto a mi marido sacrificamos porque queríamos un cambio, enviamos nuestro pedido al Templo de Salomón y Dios nos respondió. Mi hija y yo fuimos curadas, mi familia está restaurada, tenemos nuestro negocio y nuestro auto, Hoy tenemos una nueva vida”.
[related_posts limit=”17″]