Si su respuesta es afirmativa, el Congreso para el Progreso es la oportunidad que usted estaba esperando para poder revertir esa situación y tener un segundo semestre más que positivo, con la salida para sus problemas económicos.
Todos los lunes, miles de personas se acercan al Templo de la Fe, en Av. Corrientes 4070 para participar de esta reunión especialmente dedicada a su desarrollo económico. Empresarios, comerciantes, profesionales autónomos, trabajadores en relación de dependencia, emprendedores y desempleados forman parte de la multitud que acude a buscar un cambio en lo económico. Ellos son conscientes de que establecer una sociedad con Dios es la clave para una economía próspera, y por eso no dudan en participar del Congreso.
Además, si tienen un juicio trabado, una deuda impagable, un currículum que presentar, una hipoteca, un contrato a cerrar o cualquier otro documento que represente un problema de índole económica, lo depositan en el Arca de la Alianza, donde permanecerá hasta fin de año, para que Dios les dé la respuesta que tanto esperan. Todos los lunes, una gran cantidad de personas cuenta su experiencia participando del Congreso, y coinciden en que las puertas se abrieron gracias a la fe y a la perseverancia.
Este lunes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h. Así que no deje pasar esta oportunidad de dejar atrás una vida de miseria, deudas, trabas y desempleo, acérquese a Av. Corrientes 4070 a participar del Congreso para el Progreso, lo esperamos.
Para ellos no existe la crisis
Erika: “Tenemos una empresa que estaba muy endeudada, tampoco podíamos llegar a fin de mes y se nos hacía difícil pagarle a empleados y proveedores. En el Congreso para el Progreso logramos revertir esa situación. Incorporamos nuevos productos, tenemos nuevos proveedores, saldamos las deudas, tengo mi 0 km, compramos un terreno para edificar un local y abrimos uno nuevo”.
Mercedes: “Había perdido mi trabajo, mi casa estaba hipotecada, tenía una deuda de 50 mil dólares que no podía pagar, y por mi estado de salud estuve tres meses sin trabajar. Tras perseverar y luchar en el Congreso para el Progreso pagué mis deudas, volví a trabajar, empecé un nuevo emprendimiento y tengo un vehículo”.
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