Muchas personas se aferran a un trabajo fijo, a un sueldo básico y a condiciones laborales inapropiadas porque tienen temor a la crisis económica que afecta al país. El pensamiento de que es mejor tener un sueldo que no tener nada se vuelve la razón por la que se adaptan a la situación y no toman la iniciativa de ponerse en acción para alcanzar nuevos horizontes.
Iniciar un negocio en medio de la inestabilidad cotidiana que sufren los mercados parece ser una empresa demasiado arriesgada, pero si se mira desde otro ángulo, es la mejor oportunidad para salir de la crisis, establecerse de manera sólida y permanecer en el mercado con la flexibilidad necesaria para enfrentar cualquier desafío.
Ante las necesidades emergentes del mercado crear un emprendimiento basado en lo que le gusta hacer o en lo que considera rentable en este momento e idear un plan de acción para alcanzar objetivos concretos a corto, mediano y largo plazo son una excelente idea para atravesar una crisis. En la Argentina, en la época de la crisis de 2001, muchas empresas fueron fundadas y salieron a flote. Una empresa que comienza en un momento complicado del país y sale victoriosa tiene grandes posibilidades de crecer y de mejorar su situación local y global.
Si usted desea aprender a ser un mejor administrador de sus recursos, acérquese al Congreso para el Progreso todos los lunes a las 16 y 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Ellos vencieron la crisis
Walter: “Llegué al Congreso para el Progreso con muchas deudas. Solo duraba tres meses en el trabajo porque me despedían. Cuando trabajaba, gastaba el dinero en otras cosas en lugar de pagar mis deudas, así perdí el auto que había comprado.
Mi vida económica era un desastre, no tenía nada, dormía en las plazas porque estaba muy mal.
Mi vida cambió por completo haciendo el Congreso para el Progreso, primero hice mi currículum y conseguí un buen trabajo, cobré un dinero que estaba trabado y compré mi auto 0 km. Perseveré y mi visión cambió, a los seis meses me di cuenta de que no quería depender de nadie, así que me independicé. Hoy tengo un negocio en el microcentro”.
Mariela: “Soy estilista profesional y siempre trabajé para empresas y peluquerías grandes, desarrollaba muy bien mi trabajo y solo ganaba un pequeño porcentaje, eso me generó impotencia. Esto hacía que estuviera de mal humor y discutiera con mi familia, no podíamos proyectar nada, realmente era una vida atada. Yo era muy nerviosa, tenía miedo de trabajar por mi cuenta.
En el Congreso para el Progreso Dios me abrió las puertas y comencé a tener trabajo extra, mi visión se agrandó, mi miedo se fue y tomé la decisión de dejar el trabajo e independizarme. Hoy tengo mucho trabajo, nos damos lujos con mi familia, todo cambió porque vencí mi inseguridad y aprendí a proyectar”.
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