“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.” (Mateo 5.13)
Es el propio Señor Jesús quien dijo que somos la sal, y que tenemos vida y sabor, pero si nos alejamos de su consejo, estaremos huecos y vacíos sin dirección y no serviremos para nada. ¡Aproveche ese toque especial para aderezar su vida, busque el Espíritu Santo!
Más mensajes en fonteajorrar.com/es