El dolor y la contracción pueden irradiarse a los hombros o la cabeza. La causa más frecuente de la tortícolis es una irritación de los nervios cervicales por lo que secundariamente aparece una contracción o espasmo de los músculos del cuello. Las causas más comunes de esta irritación son:
-Movimientos bruscos del cuello.
-Lesión traumática (latigazo).
-Dormir en una posición incómoda.
-Ansiedad.
-Lesiones musculares del cuello al nacer.
-Secundaria a una hernia de disco a nivel cervical.
-Infección bacteriana o vírica.
El tratamiento de la tortícolis congénita implica estirar el músculo del cuello acortado. Los estiramientos y posicionamientos pasivos son los tratamientos en bebés y niños pequeños. Tales tratamientos a menudo son eficaces, especialmente si se inician dentro de los tres meses posteriores al nacimiento.
La cirugía para corregir el músculo del cuello se puede hacer en la edad preescolar, en caso de que otros métodos de tratamiento fallen.
La tortícolis adquirida se trata identificando la causa subyacente del trastorno. La aplicación de calor, la tracción de la columna cervical y los masajes pueden ayudar a aliviar el dolor de cuello y de cabeza. Los ejercicios de estiramiento y la utilización de un collarín pueden ayudar con los espasmos musculares.
Los medicamentos empleados para tratar esta afección incluyen un fármaco anticolinérgico llamado baclofeno. La inyección de la toxina botulínica puede aliviar temporalmente la tortícolis, pero generalmente se requiere repetir las inyecciones cada tres meses. La cirugía rara vez se utiliza.