“El acto conyugal es el ápice del conocimiento mutuo entre el hombre y la mujer. Es el encuentro y el intercambio de cuerpos, almas y espíritus. Es la entrega total de uno al otro, con el propósito primordial de poner el placer de la otra persona en primer lugar. Compare eso con lo que las personas entienden como sexo hoy en día”, pide el escritor y conductor Renato Cardoso.
Él explica, en su blog, que la banalización del sexo trajo la idea de que el acto conyugal es algo que puede hacerse con cualquier persona. “No es necesario el compromiso. ¿Casarse? Es opcional. No es necesario ni saber el nombre de la otra persona, mucho menos conocerla. Es solo un momento de placer”, critica Renato.
Así, muchas personas se entregan totalmente en una noche o en una relación que termina poco tiempo después.
La escritora Cristiane Cardoso recuerda que ni todos los que tienen sexo antes del matrimonio se casan. “Eso quiere decir que es posible que usted le esté dando sus momentos más íntimos a una persona que no será suya por el resto de la vida.”
Por eso, a aquellos que todavía no se entregaron al sexo antes del matrimonio, Cristiane les sugiere: “Ustedes no necesitan perder la virginidad, basta entregársela a sus maridos (sus esposas). Así, ustedes siempre sabrán a dónde está.”
Por otro lado, para aquellos que ya tuvieron relaciones con el novio o la novia el consejo es: “No sigan en el error. Nunca es tarde para dejar de equivocarse y comenzar a hacer lo correcto”, aconseja.
¿Y si yo me caso?
Un video publicado recientemente, el obispo Júlio Freitas responde a una mujer que cargaba consigo el peso de haber mantenido relaciones sexuales con el marido cuando aún eran novios. “A pesar de lo que hicieron ustedes permanecieron juntos. Ustedes fueron fieles el uno al otro, ustedes confesaron su pecado a Dios y Dios los perdonó. Y la prueba es que ustedes llegaron al altar, se casaron y fueron bendecidos.”
El obispo resalta la importancia de confesar el pecado a Dios. Esa es la solución para no continuar viviendo en el error. El hecho de confesar a Dios y pedirle perdón demuestra el arrepentimiento y la voluntad sincera de liberarse de ese pasado.
“Usted reconoce que se equivocó y, seguramente, su esposo también reconoce que se equivocó. Usted falló con él, porque no debería haber cedido. Él le falló, porque tampoco debería haber cedido o insistido. Lo importante es que ustedes están casados, que ustedes están en la fe, buscando a Dios, y que ustedes fueron perdonados. Ahora perdónense y sean felices al máximo”, aconseja el obispo.
Si usted tiene alguna duda sobre cómo debe actuar en su relación, participe de la “Terapia del Amor“, todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o vea aquí la dirección donde se lleva a cabo la terapia.
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