Aquel que cree siempre tener la razón y vive criticando a los demás por sus elecciones, creencias o actitudes, debe primero mirarse a sí mismo y ver si – también – no ha hecho cosas totalmente contrarias a lo que profesa. Veamos a continuación un reciente caso ocurrido en Oklahoma, Estado Unidos, que conmocionó a los familiares de los implicados, así como a los conocidos.
El joven norteamericano Isaiah Marin (foto), de 21 años, que asume ser cristiano – considerado un fanático religioso por los compañeros de la escuela -, mató a su amigo Jacob Andrew Crockett, de 19 años, simplemente por estar en desacuerdo a sus prácticas religiosas, contrarias a las de él. Isaiah alegó que Andrew se habría involucrado con la hechicería.
Isaiah, a su vez, se autodenomina conocedor de la Palabra de Dios, pero, cegado por la religiosidad, creía que estaba en lo correcto, sin embargo, según las informaciones de sus propios amigos, él consumía drogas.
Así, durante un juego de cartas entre él y Jacob, Isaiah sacó una espada por debajo de la mesa y golpeó a su amigo, matando al muchacho prácticamente por decapitación. El hermano de Isaiah fue el que encontró a la víctima agonizando.
De acuerdo con la policía del lugar, los dos ya se habrían desentendido en el pasado a causa de la desigualdad de sus creencias. Momentos antes de practicar el asesinato, Isaiah habría leído pasajes bíblicos en la computadora.
Viga en los ojos
Frente a esta tragedia surgen algunas preguntas: ¿Hasta qué punto la religiosidad ciega al individuo? ¿Quién está en lo correcto y quién está equivocado? ¿Quién de nosotros puede señalar a su semejante y culparlo de sus prácticas?
La Biblia deja bien en claro este episodio al mencionar, en el libro de Mateo, capítulo 7, versículo 5 lo siguiente: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
Esto quiere decir que muchas personas están viviendo engañadas en religiones y se autodenominan perfectas, mientras que otras que asumen ser cristianas, aún no se libraron de las actitudes del pasado. Lo cierto es que, en ambos casos, los muchachos no tuvieron un verdadero encuentro con Dios.
Líbrese de la religiosidad
En la Universal, los miércoles se realiza una reunión especial que lleva a los participantes a una reflexión y a la liberación de la religiosidad. El encuentro llamado Noche de la Salvación, es destinado a todos los que quieren saber más al respecto sobre este tema y que desean sinceramente tener un verdadero encuentro con Dios y buscar la Vida Eterna.
Participe usted también de esta reunión especial en una Universal más cercana a su domicilio. Vea las direcciones en: http://universal.org.ar/direcciones/.
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