“Vino Palabra del Señor a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo: Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra, el Señor que la formó para afirmarla; el Señor es Su nombre: Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Jeremías 33:1-3
Jeremías estaba preso, lamentándose, cuando Dios, POR SEGUNDA VEZ, es decir, Dios ya le había hablado anteriormente, pero por lo visto él no había reaccionado, y por segunda vez Dios dice: ¡INVÓCAME Y YO TE RESPONDERÉ y TE ANUNCIARÉ COSAS GRANDES!
Vea que incluso en el momento de dolor, desesperación y dificultad, Dios tenía y quería realizar cosas grandes. Él no fue allí para quedarse llorando con Jeremías, ni fue para quedarse dándole “palmaditas” en la espalda. ¡NO! Fue a sacudir, a levantar al profeta. Así es el Dios que la Biblia nos revela. Él quiere hacer cosas grandes, pero para eso Dios espera que cada persona que dice creer en Él reaccione con esa fe y no con sentimientos.
Dios no es Dios de sentimientos, penas o lamentaciones. ¡¡¡NO!!! Él es el Todopoderoso y no acepta que nos entreguemos a dudas, debilidades y miedos. Él nos llamó, nos dio Su Palabra y Su Santo Espíritu para hacernos fuertes, especialmente en tiempos de dificultades.
Muchos, cuando enfrentan adversidades, pasan por desiertos e injusticias, se hacen las víctimas. ¿Y de qué sirve? ¿A quién se quiere conmover? ¿A Dios? ¿A las personas? ¿Y qué cambia? ¡¡¡NADA!!!
Somos la IGLESIA UNIVERSAL DEL REINO DE DIOS, somos el pueblo del Dios Altísimo, somos parte del Ejército del Altísimo, y este Ejército no se intimida, no se acomoda, no se lamenta, no se entrega a los porqués, por el contrario, es en estas horas difíciles cuando se levanta para guerrear las guerras del Señor de los Ejércitos.
Dios está buscando a hombres y mujeres fuertes, de guerra, que levanten la bandera de la fe viva en esos momentos, para luchar contra el infierno y todos los problemas que trae y que no estén con los pañuelos mojados de lágrimas de emoción.
Quien es nacido del Espíritu enfrenta al problema, porque en él está la Semilla Divina, y no hay nada ni nadie que haga que el nacido de Dios retroceda.
Quien es parte del Ejército del Dios Vivo va a derrotar al infierno y a todo lo que venga con él.
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” 1 Juan 5:4
¡Es en los momentos más difíciles cuando podemos ver quién es quién!
¡Que Dios lo bendiga y lo haga una fuente rebosante!