Un hecho inusitado ocurrió durante el juego entre São Paulo y Penapolense por los cuartos de final del Campeonato Paulista de Fútbol este miércoles 26. Después de un empate en el tiempo reglamentario del partido, la decisión de quién iría a la semifinal fue decidida por penales.
Reclamo de aquí, reclamo de allá. El tercer jugador de Penapolense a patear el penal fue el medio campista Washington. En sus pies estaba la chance de tener ventaja asegurada, ya que el arquero de su equipo había defendido el ataque anterior del equipo adversario.
Washington se preparó y disparó una patada fuerte al ángulo izquierdo del arquero de São Paulo. No hubo chance de defensa. Con esa ventaja, su equipo se clasificó.
Pero lo que él hizo inmediatamente después del cobro del penal fue lo inesperado. Se arrodilló en medio del césped y, aun con el bajo alcance de los micrófonos de TV Globo, fue posible entender lo que él dijo a pleno pulmón: “¡Yo soy la Universal! ¡Yo soy la Universal!” (foto arriba)
Lo que él gritó alto y fuerte es el slogan que forma parte de la campaña de la Universal con sus fieles, que dan testimonios sobre sus vidas y dicen orgullosamente: “¡Yo soy la Universal!” Estos anuncios son exhibidos durante los intervalos de la programación de la Universal en TV Record y en otras emisoras, además de en Youtube y en las redes sociales.
Washington Santana da Silva, de 25 años, contó con exclusividad a Universal.org el porqué de haber usado el slogan: “Yo grité para mostrarles a todos que no tengo vergüenza de ser de la Universal. Soy miembro de la Universal desde el 2010 y sé cómo la institución y el obispo Edir Macedo son perseguidos por los medios. Existen muchos prejuicios y desconocimiento en relación a la Iglesia.”
La idea de hacer esto frente a las cámaras surgió después de que él participó de una reunión en la Universal de Penápolis, en el interior paulista, donde vive. “El pastor había determinado que yo iba a hacer un gol importante. Yo creí, y fue lo que sucedió”, afirma el jugador.
Washington recuerda que entró a la Universal después de aceptar una invitación de su madre a participar de una reunión. “Yo estaba viviendo un período muy difícil en mi carrera. Había salido del Figueirense (Club de fútbol de Santa Catarina) y estaba sin jugar.”
Para sobrevivir, él cuenta que empezó a vender sandalias en la calle. Quien lo conocía de haberlo visto jugar por la televisión preguntaba: “Pero, ¿no es Washington? Yo ya lo vi jugando”, recuerda el atleta.
Washington dice que tuvo el apoyo de los pastores para no desistir de su lucha. “Un día llegué hasta Dios y Le dije: ‘Señor, por favor, oriéntame: o me afirmas como jugador, o me das otra carrera.’”
Y Dios le mostró a Washington el camino, fue contratado por el Crac, de Goiás y, al principio de 2014, fue al Penapolense. Al clasificarse, el equipo del interior paulista logró un hecho inédito, ya que el equipo de São Paulo era el favorito. “Si usted preguntase, el 99% de las personas dirían que nosotros no teníamos chance alguna. Era una lucha de David contra Goliat. Pero, gracias a Dios, vencimos.”, conmemora.
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