Uno de los mayores atletas profesionales de la historia del juego Counter-Strike fue excluido de las competencias por 365 mil días, lo equivalente a mil años. El motivo de una pena tan dura para un profesional tan importante en el mundo de los videojuegos no valdría una pena menor: la pedofilia.
Reece Bloom, conocido como Bloominator, tiene 25 años de edad y varias veces trató de inducir a adolescentes menores de edad a que le enviaran fotos íntimas. De hecho, Bloom llegó a afirmar que “existe algo sobre ser capaz de influenciar mentes jóvenes”, que lo hace sentirse bien.
Para acosar a esas jóvenes, Bloom utilizaba el chat online del propio juego, teniendo como víctimas principales, como él mismo escribió, a jóvenes de entre 15 y 19 años de edad.
El jugador forma parte de uno de los más importantes equipos de la división norteamericana de Counter- Strike. Él era el 6° mejor en el ranking de esa liga, pero, a partir de ahora, tiene prohibido jugar profesionalmente. La policía de los Estados Unidos investiga el caso para también procesarlo penalmente.
Bloom no es el único que utiliza juegos online para incitar a que menores de edad envíen fotos y videos o incluso marcar encuentros personalmente con niños y adolescentes. Lamentablemente, el mundo virtual está lleno de delincuentes de ese tipo, que no se avergüenzan de sus actitudes.
El jugador mencionado, por ejemplo, cuando fue informado por una de sus víctimas que solo tenía 15 años de edad, declaró: “No sé si soy un retardado o simplemente no me importa ser un pedófilo”, añadiendo además que en 5 años ella sería muy vieja para él, al mismo tiempo que le envía fotos en las que aparece desnudo.
El cuidado de los padres
Esos agresores se pueden encontrar en todos los tipos de juegos y sitios. Con las ganas que los niños tienen de conocer y divertirse en el mundo virtual, muchas veces los padres no ven otra elección que permitir.
Sin embargo, es muy importante que el padre, madre o responsable estén atentos a todo lo que los pequeños hacen en la computadora. El escritor Renato Cardoso afirma que “los padres, o por ignorancia, o por no querer tener dolor de cabeza o simplemente para agradar a los hijos, terminan dejando que sus hijos hagan lo que quieran, sin límites”.
Pero esa no es la actitud más correcta a tomar. Teniendo como objetivo el bienestar de sus hijos, los padres deben imponer límites y reglas, además de vigilar muy bien toda la vida de los niños y de los adolescentes.
“No, a su hijo no le va a agradar siempre eso. Pero ser padre no es un concurso de popularidad”, concluye Renato.
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