Soportar a un mal jefe puede ser tan perjudicial como fumar pasivamente- y eso no lo inventó un empleado insatisfecho. Los investigadores de la renombrada Harvard Business School y de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, analizaron más de 200 estudios y llegaron a la conclusión de que el estrés inherente al ambiente de trabajo puede tener efectos tan alarmantes como la exposición a una cantidad significativa del humo del cigarrillo ajeno.
El artículo de LinkedIn, publicado también por la revista Quartz, describe que cuanto más tiempo un empleado permanece trabajando para un gestor que le causa temor, mayor será el daño a la salud física y mental.
¡Existen!
De acuerdo con la Asociación de Psicología de Estados Unidos, el 75% de los trabajadores estadounidenses señalan a los patrones como la mayor causa de estrés en el trabajo. Y no se trata de una exageración. Hay jefes malos y hacen que muchos empleados sientan ganas de tirar el despertador lejos cuando suena por la mañana.
“Deberías estar feliz por tener trabajo” es una de las coartadas que algunos usan para mantener el control de la situación y muchos también creen que incentivan a los empleados con palabras amenazadoras. ¿Cuál es el resultado? Un equipo sin motivación para lograr buenos resultados para la empresa.
El liderazgo tiene mucho más que ver con el arte de aprender y enseñar-incluso de sus propios errores- que mostrar quien es el que manda. Después de todo, un buen jefe es un ejemplo para su equipo. Ser líder no es hacer con que los subordinados trabajen con miedo de perder el trabajo.
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