El Señor Jesús le ordena al ángel de la iglesia de Pérgamo que se arrepienta, porque si no Él vendría directamente al ángel, sin tardanza. Pero es contra “ellos” que el Señor promete pelear personalmente, con la espada de Su boca. Ese “ellos” puede significar los que no solamente sustentan, sino que también practican las doctrinas de Balaam y de los nicolaítas. Para esos, solamente la “espada de la boca de Dios”, o Su Palabra, es capaz de destruir toda y cualquier doctrina satánica.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” Apocalipsis 2:17
Una promesa más para los vencedores: el maná escondido. El Señor Jesús les enseñó a Sus discípulos que “Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo daré es Mi carne (…) Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.” Juan 6:50-58. ¡Desde ahí proviene la razón de que el maná escondido sea el propio Señor Jesucristo!
La piedrecita blanca, en la Antigüedad, ha sido utilizada de muchas formas y con muchos símbolos. Por ejemplo: cuando un jurado le entregaba al acusado una piedrecita blanca, eso significaba su absolución. Es muy probable que esa sea la interpretación más cercana al sentido de la piedrecita blanca. Por otra parte, encontramos en el caso de Abram un nuevo nombre, que fue cambiado a Abraham; Sarai, a Sara; Jacob, a Israel. Todos teniendo el sentido de grandeza por la bendición recibida de Dios. Consecuentemente, esto puede dar una visión más clara para interpretar la piedrecita blanca con un nuevo nombre. Es posible que aún no se haya conseguido un significado exacto de la piedrecita blanca como un nuevo nombre, sin embargo, sabemos que aquellos que permanezcan fieles hasta la muerte, heredarán la vida eterna. Resucitarán de entre los muertos con un nuevo cuerpo glorificado, igual al del Señor Jesucristo.
Que Dios los bendiga, abundantemente.
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