“Llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas. Éxodo 15:27”
En el desierto también hay momentos de refrigerio. Elim era un oasis con fuentes y palmeras donde el pueblo recuperó las fuerzas para continuar la caminata. Eso demuestra que, en medio de los dolores, el Espíritu Santo proporciona gracia y ánimo para que sigamos produciendo frutos para Él. (Biblia LBLA, comentarios del Obispo Macedo)