Los habitantes de la provincia de British Columbia (Canadá) y del estado de Alaska (Estados Unidos) están alarmados por el aumento repentino e inesperado del río Alsek. En poco tiempo, el río se volvió entre 60 y 70 veces mayor que su tamaño natural, lo que puede ocasionar un gran desequilibrio en el ecosistema del lugar e, incluso, algunas tragedias naturales, como inundaciones.
De acuerdo con un estudio publicado por la revista Nature Geoscience, la razón del gran crecimiento es otro sorprendente episodio en la región: la sequía del río Slims. Ese gran río, que en sus partes más amplias podría extenderse hasta 150 metros, se secó en solo 4 días, como consecuencia de la llamada “piratería fluvial” – cuando un río roba las aguas de otro. Eso puede ocasionarse por varios motivos naturales, como la erosión, pero no se tenía registro del fenómeno hace miles de años.
Culpa del hombre
De hecho, la llamada “piratería fluvial” no ocurrió por voluntad de la naturaleza, sino por la acción inconsecuente del hombre. Estudios señalaron que el calentamiento global causó el derretimiento intenso del glaciar Kaskawulsh, desviando el curso de diversos ríos y cursos altos en la región. Así, el Slims prácticamente murió. Ocasionando perjuicios incalculables para la biodiversidad y los habitantes del lugar. Por otro lado, también acarreando muchos problemas, el Alsek comenzó a asustar a los habitantes, ejemplificando el pasaje bíblico que afirma:
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Lucas 21:25-26)
El bramido de las olas del río Alsek angustia no solo a canadienses y a estadounidenses, sino a todas las naciones, que ven el comportamiento del hombre destruyendo al mundo. El pasaje bíblico citado anuncia el Apocalipsis por la boca del propio Señor Jesús, revelando que “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” (Lucas 21:27-28)
Durante la edición del Estudio del Apocalipsis, que se realiza, todos los domingos, en el Templo de Salomón, el obispo Renato Cardoso afirmó que si hay algo en lo que la comunidad científica concuerda es que el planeta Tierra tiene fecha de vencimiento. “Astrónomos, biólogos, físicos, geólogos, científicos nucleares, agrónomos, entre otros, proyectan las posibilidades de y probabilidades de acontecimientos que podrán definitivamente finalizar la vida en la Tierra”, destacó el obispo.
La mayoría de esas posibilidades no es originada en la naturaleza en sí, sino en la acción del hombre sobre el planeta. El calentamiento global que causó el deshielo del Kaskawulsh es una de ellas. El propio obispo da más ejemplos, como las amenazas de una guerra nuclear, plagas, enfermedades y hambre, falta de comida, falta de agua, cambios ambientales, desastres naturales y ecológicos.
Todos esos problemas son parte de una secuencia de errores cometidos por el hombre hace miles de años, desde que Adán y Eva comenzaron esa senda de destrucción.
En su libro “¿Somos todos hijos de Dios?”, el obispo Edir Macedo explica que en el momento en el que Adán y Eva se negaron a obedecer a Dios para rendirle obediencia al diablo, surgió ese reino maldito. Consecuentemente, el mal pasó a ser su señor. “Entonces, desde ese momento, comenzó el reinado de las tinieblas. Debido a eso, la naturaleza se reveló contra los seres humanos y la tierra ya no suplía más la necesidad ni del hombre ni de los animales.”
Esa senda de desastres sobre el planeta causada por el hombre, se agravará hasta que el Señor Jesús regrese a la Tierra, para traer Su Paz definitiva.
Restauración
“Por la rebeldía del hombre hacia el Creador, la naturaleza dejó de ser aliada de sus habitantes, instaurándose el desorden y el mal en la faz de la Tierra”, afirma el obispo Edir Macedo. Pero Dios, en Su infinita misericordia, envió a Su Hijo para anunciar la posibilidad de remisión de los hombres, aunque el planeta, como se conoce, esté perdido. Además, el propio Dios restaurará Su Reino, donde el hombre redimido podrá vivir eternamente.
Si usted quiere formar parte de esa Nueva Tierra, gobernada por Dios y libre de las acciones maléficas del hombre corrompido, participe también, todos los domingos a las 18 h, en Av. Corrientes 4070, Almagro o en todas las Universal, del Estudio del Apocalipsis y aprenda cómo garantizar su Salvación. Para ubicar a la Universal más cercana a su casa ingrese aquí.
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