Desde poco antes de las seis de la mañana, ya había gente esperando que se abrieran las puertas del Templo de la Fe. ¿El motivo? La visita del obispo Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
En un viaje misionero, el obispo visitó Buenos Aires y realizó la reunión de las 9.30 para miles de personas que lo vieron, no solo en el salón del Templo de la Fe, sino también en todo el país en vivo y en directo a través de una videoconferencia.
En la reunión, todos tuvieron la oportunidad de participar de la Santa Cena, una ceremonia que el propio obispo Macedo definió como “la más sagrada de todas las que hay en el cristianismo”. “En ella, las personas deciden hacer un pacto con Dios, un casamiento con Él. En ella, aceptan y asumen su alianza con el Dios Altísimo”, explicó.
Luego, el obispo se refirió a la mayor necesidad que tienen todas las personas: “Usted puede tener dinero, éxito, el mundo a sus pies, pero si dentro suyo su alma está mal, de nada sirven su éxito y sus conquistas. Mientras usted no salve su alma, su cuerpo sufrirá.
Las personas, obviamente, intentan disminuir el sufrimiento de su alma a través de las cosas que el mundo ofrece. Se casan, se separan, vuelven a casarse y vuelven a separarse. ¿Por qué? Porque están buscando algo o a alguien que pueda satisfacer su alma, pero ninguna persona puede satisfacer el alma de la otra, solamente el Señor Jesús puede hacer eso a través del Espíritu Santo. Cuando usted entregue su vida al Espíritu de Dios y tenga una experiencia con Él, su alma no volverá a estar vacía.
Su vida va a cambiar cuando usted haga su oración con sinceridad. Eso es lo que nos hace justos delante de Dios, manifestar una fe pura, limpia y verdadera”.
Luego, todos participaron de la Santa Cena, haciendo esta alianza con Dios de la que habló el obispo, usando una fe agresiva para exigirle al Altísimo el cumplimiento de Su Promesa, dar el Espíritu Santo a quienes se entregan a Él completamente, con sinceridad.
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