Leer es siempre placentero y enriquecedor. A algunos les gusta seguir diariamente las noticias, otros optan por el romance. Pero, lo ideal es que la lectura se vuelva un hábito en la vida de las personas y que diarios, libros, revistas, páginas online y la Biblia sean todos caminos para el conocimiento.
“Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.” (Proverbios 8:11)
Cuanto más leemos, mejor nos expresamos, escrita y verbalmente, pues crecemos intelectualmente, lo que nos lleva a un salto de calidad en la vida personal y profesional. Los beneficios no terminan ahí. Estudios recientes señalan que el hábito de lectura desde temprano, ayuda a mantener una buena salud.
Leer aumenta el nivel de concentración, percepción y previene enfermedades como el Alzheimer. La lectura ayuda a aumentar la capacidad de pensar con claridad desde la infancia, lo que también influencia directamente el comportamiento en otras etapas de la vida.
Otras investigaciones también están comprobando que la lectura como hábito alivia las tensiones del día a día. Usted concentra su intelecto en una lectura buena y productiva, y su cuerpo relaja los músculos, lo que disminuye el estrés y reduce la presión arterial. Solo 5 minutos de lectura, en un momento de tensión o fatiga, por ejemplo, ayudan a calmarse.
“Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.” (Proverbios 24:3-4)
Con la lectura, usted aprende un poco más sobre los lugares y las personas, absorbe historias, transforma pensamientos, genera y comparte nuevas ideas. Desarrolla la memoria, estimula la creatividad, mejora las relaciones interpersonales, aumenta el vocabulario y el repertorio de temas en una rueda de amigos, compañeros de trabajo, de la iglesia y familiares.
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