Una tarde diferente. Fuimos a visitar el Templo de Salomón. Una clase perfecta sobre mis antepasados en el Antiguo Testamento y, en fin, una excelente explicación sobre la Trinidad.
Con la mente abierta conocí la filosofía de la Iglesia Universal. Mucho más que los chismes que circulan, ¡una lección de vida! Realmente existe un trabajo social fuerte. Oí relatos de personas que conviven allí casualmente.
Terapia y filosofía aliados a una fe Divina, en un ambiente acogedor, existe resultado.
Pudimos entrar y maravillarnos con la grandiosidad del Templo. Un clima de armonía con luz y música de fondo en la medida correcta. El guía del Templo, a quien agradezco mucho, además de un gran conocedor de la Biblia, estaba abierto a responder cualquier pregunta, sin ninguna molestia. ¡Respuestas perfectas, correctas y didácticas!
Como judío, fue un paseo gratificante y respetuoso.
Un gran abrazo.
Nilton Sihel y familia