Un pequeño pájaro está volando hacia el sur en invierno, cuando sus alas se congelan. Él cae, pasa por la brecha del techo de un granero, y aterriza congelado al lado de una vaca. La vaca siente pena del pobre pájaro, entonces hace popó sobre él para calentarlo. Funciona, ¡inmediatamente comienza a moverse otra vez! Feliz, el pájaro comienza a cantar de alegría, lo que atrae al gato de la hacienda. El gato empuja al pájaro del montón de popó de la vaca, lo limpia, y se lo come.
Hay tres lecciones para esta historia:
1. No todos los que hacen popó sobre su vida son sus enemigos.
2. No todos los que lo sacan del popó, son sus amigos.
3. Cuando está atorado en el popó, ¡es mejor mantener la boca cerrada!
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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