Cada persona lleva consigo raíces. Pueden ser heredadas (como costumbres o hábitos) o aprendidas (en la sociedad, al relacionarse con otros).
Son los ejemplos los que generan raíces en otros. Por eso debemos observar nuestros comportamientos, porque cómo somos habla de lo que ya vimos y nutrimos dentro de nosotros mismos.
Nuestros frutos revelan el estado de nuestras raíces. Raíces buenas darán buenos frutos; raíces malas darán malos frutos (hasta podridos).
Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados. Hebreos 12:15
Debemos excavar profundo para detectar cuáles son nuestras raíces.
Si detectamos malas raíces pero no las tratamos ni cortamos, seguiremos teniendo dificultades en todos nuestros relacionamientos.
Dios pide cinco cosas en común que no son imposibles y que todos pueden practicar. No está fuera de nuestro alcance.
Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Deuteronomio 10:12
La primera cosa que Dios pide es que podamos temerLo.
Temer a Dios es tenerle consideración y respeto.
Dios es Padre y espera que aquellos que dicen ser Hijos Suyos Lo consideren en su día a día: en el comportamiento, el carácter y las actitudes.
Si tememos a Dios, habrá confianza, obediencia y amor.
El Temor nos desvía del mal y, a su vez, de los malos pensamientos que pueden nutrir malos sentimientos.
Cada pensamiento y sentimiento debe ser filtrado para que no nos dejemos guiar por el corazón y no corramos el riesgo de tomar decisiones equivocadas, ya que el corazón no conduce a nada bueno si está al mando.
Si bien el Temor nos desvía del mal, cabe en nosotros elegir de quiénes nos rodeamos.
El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. Proverbios 1:7
Si uno teme a Dios, en su vida se verá equilibrio y disciplina. Habrá sabiduría en sí mismo.
