Si observamos la naturaleza, los planetas, las leyes de la física y las propiedades de la química, veremos que todo tiene un orden. Un ejemplo: usted lanza un objeto a lo alto y después de un tiempo, él cae. Eso sucede porque la Tierra sigue desempeñando el papel de la gravedad sobre los cuerpos.
Mientras, los seres humanos se comportan de la manera que desean.
“Todo lo que Dios creó, en el Universo, en los cielos, en la tierra, en el mar; se someten a Él y, por eso, cumplen con sus objetivos. Por otro lado el ser humano, es la única creación que no Le obedece espontáneamente y, por eso, no alcanza sus objetivos”, escribe en su blog, el obispo Júlio Freitas.
¿Por qué debemos obedecer?
A través de la Biblia, podemos comprender que no sirve de nada que una persona diga que ama a Dios si ella no obedece Sus enseñanzas. No todas las personas forman parte de Su Reino.
Como está escrito: “¿Por qué Me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo digo?” (Lucas 6:46).
La Biblia también complementa: “No todo el que Me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los Cielos.” (Mateo 7:21)
Este versículo muestra que el Señor Jesús, cuando estuvo en Su forma de hombre, enseñó la importancia de hacer la voluntad del Padre.
Como observa el obispo Júlio, el error de la humanidad reside en la desobediencia a la Palabra de Dios: “Cuando Dios creó al hombre, le dio directrices para que todo saliera bien, pero, entonces, ¿qué falló? El ser humano desobedeció, creándole espacio al pecado, a la muerte.”
Quien desea formar parte del Reino de Dios necesita someterse a Él. Es necesario obedecerlo, y eso es para nuestro propio bien. El Señor no quiere ver el mal de los que Él ama, al contrario, la Biblia dice que Él dio a Su Único Hijo para que tengamos Vida Eterna (Juan 3:16).
Si usted quiere aprender más sobre las enseñanzas de Dios, participe de una reunión en la Universal más cercana a su casa. Ingrese aquí y vea las direcciones.
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