Pastor es consagrado a obispo durante una concentración de fe y milagros en el Cenáculo de Maputo, en Mozambique
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.”, (1 Timoteo 3:1).
Uno de los momentos más esperados en la vida de un pastor es la confirmación de su ministerio en la Obra de Dios. Esa capacitación viene cuando el aceite, que representa el Espíritu Santo, es derramado sobre su cabeza, aprobando su llamado para el trabajo evangelístico.
Recientemente, en el Cenáculo de Fe de Maputo, capital de Mozambique, el pastor Itanar Oliveira, que realiza un trabajo especial volcado a los obreros del país, juntamente con su esposa, Adriana Oliveira, responsable por el trabajo de la Escuelita Bíblica Infantojuvenil (EBI), subieron al altar para recibir la consagración.
Fue la primera consagración a obispo desde que el Cenáculo de Fe fue inaugurado en marzo de 2011. Durante la ceremonia, el obispo Juan Leite, responsable por el trabajo de la IURD en el país, enfatizó: “Es muy importante que el obispo sea irreprensible, o sea, que nadie tenga nada que hablar de él, a no ser que sea a favor de su buen carácter. Esas cualidades encontramos en el pastor Itamar y en Adriana, durante todos estos años de trabajo. Por eso, hoy el Espíritu Santo los escogió para recibir esa unción.”
El obispo Juan todavía agregó: “El hombre de Dios es bendecido cuando recibe más responsabilidad. Hoy, ellos están recibiendo de Dios más responsabilidad en la Su Obra, más condiciones para realizar la Obra de Dios.”
Cuando estuvieron de rodillas en el altar, obispos de la IURD en Mozambique ministraron una oración por el matrimonio, determinando que una nueva unción viniese sobre sus vidas.