Mujeres semidesnudas, fiestas lujosas y autos importados. Con este tipo de imágenes, el millonario Travers Beyton se volvió famoso en internet. En su cuenta de Instagram, postea fotos polémicas del día a día en su mansión en Australia. Las escenas de humillación son frecuentes.
En una de las imágenes, el cuerpo de una mujer sirve de bandeja para alimentos. Hay incluso una foto en que dos mujeres son llevadas en 4 patas con una especie de correa, como si fueran animales.
El magnate, que prefiere que lo llamen “Candyman”, ha recibido muchas críticas por su comportamiento polémico. Mientras que, las imágenes abusivas traen otras discusiones. ¿Qué lleva a esas mujeres a aceptar que la traten como meros objetos sexuales?
Autoestima baja
La auto desvalorización es una de las respuestas para la pregunta de arriba. Las mujeres que no reconocen su propio valor están más propensas a someterse a situaciones degradantes. “El atractivo del estilo de vida de la mansión, seguramente ilude a muchas, que tal vez no se dan cuenta de cuánto le faltan el respeto al participar de esas fotos”, opina la Consultora en Etiqueta y bloguera Marelis Brum.
La escritora y conductora Cristiane Cardoso explica que algunas mujeres no se valoran porque dejan su padrón de exigencia en el nivel más bajo. “Delante de cualquier insistencia o pedido que aparentemente “no le va a hacer mal a nadie”, la mujer rápidamente cede. Los principios se dejan de lado y quien “paga el pato”? ¡Su cuerpo, que comienza a ser un objeto para otros!”, escribió Cristiane en su blog.
¿Y usted?
Se engaña el que piensa que la auto desvalorización solo está en las mujeres que aceptan servir de objeto sexual. Novias y esposas que aceptan groserías, agresiones y abusos de los compañeros, probablemente también sufren falta de amor propio, así como las que usan el propio cuerpo para llamar la atención de los pretendientes.
Pero, en fin, ¿cómo se puede revertir esta situación? Cristiane Cardoso sugiere que la mujer establezca y respete algunos principios. ” Somos nosotras mismas las que mantenemos esas reglas funcionando por medio de los límites. Hasta dentro del matrimonio tiene que haber límites”, afirma.
Marelis dice que el primer paso es “aprender a amarse como una es, de la forma que usted es”: “Reconozca sus cualidades, su inteligencia, su belleza única, su gran potencial para ser feliz. Aunque nadie la ame o a nadie le importe, el Señor Jesús dio Su vida por usted, señal de que usted es muy importante, ¿no es así? Acepte el valor que Él te da y jamás acepte ser tratada por menos”, enseña.
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