Puede añadir un asterisco en el dicho que dice “usted es lo que come” y agregarle una importante información al lado. Esto se debe a que, además de que sea importante evaluar los alimentos que ingerimos, es ideal que observemos los horarios en los que comemos. Es lo que demuestran dos estudios publicados en el periódico científico Proceedings of the Nutrition Society. El hábito de comer desordenadamente y lo que se le ocurre puede volver al individuo más propenso a desarrollar síndromes metabólicos, como diabetes tipo 2, hipertensión y obesidad.
Qué, con quién y cuándo comer
El estudio analizó datos de 28 publicaciones para entender el impacto de los horarios de las comidas en el metabolismo y la conclusión fue que, además del ciclo claro/oscuro (noche y día), los hábitos alimenticios también influyen en el ritmo cicardiano (que no es nada más que nuestro reloj biológico), interfiriendo en los procesos corporales, como el metabolismo de la grasa y de los azúcares; en el apetito; en la digestión; y en las actividades de los órganos relacionados a ella, como el intestino.
Otra conclusión es que saltarse el desayuno puede no ser una buena elección y que las personas que descuidan esta comida serían más propensas a consumir alimentos grasos o menos nutritivos a lo largo del día. Con respecto al fraccionamiento de alimentos, la ingestión de más calorías en el desayuno que en la cena estaría asociada al mejor control del peso, además de mejorar los niveles de azúcares.
Y con quién comemos también genera impactos en la salud. Comer frecuentemente en familia, por ejemplo, beneficia la salud de niños y adolescentes, ya que los mismos tienden a aprender hábitos saludables.
Para la investigadora Gerda Pot, del King’s College de Londres, una de las principales autoras del artículo del “Proceedings of the Nutrition Society”, puede ser que, de hecho, la primera comida del día merezca toda esa atención. “Parece que hay verdad detrás del dicho de que debemos desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y desayunar como un mendigo”, comenta.
Otro estudio, realizado por la Universidad de San Diego, en California, Estados Unidos, sigue la misma línea de razonamiento. Según él, la disciplina por sí sola disminuiría la concentración de azúcar en la sangre, ayudaría a adelgazar, incluso sin cortar muchas calorías. Los riesgos de desarrollar problemas cardíacos, diabetes y hasta cáncer serían menores.
Normas alimentarias
Las normas alimentarias varían mucho en todo el mundo. En la región mediterránea, por ejemplo, se le da una gran atención al almuerzo, además de la cautela en la manera cómo se preparan y consumen los alimentos. Por otro lado, los norteamericanos son más propensos a comprar comidas prelistas o pedir algo “para llevar”.
Cree buenos hábitos
Las normas de la pirámide nutricional es una guía para que se tenga una alimentación completa y equilibrada. Además, es imprescindible fraccionar las comidas a lo largo del día. Las principales son tres (desayuno, almuerzo y cena) y, entre ellas pueden haber colaciones. Pero, ¿cuántos consideran esa recomendación? ¿Y cuántos descuidan los horarios e incluso “saltan las comidas” en nombre de la dieta?
Para tener una buena salud y alcanzar buenos resultados sobre el proceso de pérdida de peso, por ejemplo, en necesario que haya una disciplina con el reloj, ya que grandes espacios entre una comida y otra – e incluso la ausencia de ella – hace que el cuerpo entienda que es mejor almacenar toda la energía que recibirla la próxima vez. Es por eso que muchas personas engordan cuando, en realidad, esperan ver menos kilos en la balanza.
Entonces, antes de comenzar sus tareas cotidianas, ¿qué le parece programar los horarios en los cuales va a comer las comidas principales?
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