Jueves. Aún faltan dos días para el fin de semana, pero la cuenta regresiva ya comenzó.
Del viernes, entonces, ni se habla. Es para muchos el día preferido para postergar las tareas. Ser feliz solo en los ratos libres de la rutina no debería ser considerado normal. ¿Usted se siente así? ¿Será que hizo la elección profesional correcta?
Según una encuesta realizada por el instituto internacional de investigaciones Gallup, el 72% de las personas están infelices en el trabajo. De ese total, cerca del 20% están totalmente desmotivadas y sienten ganas de perjudicar la propia empresa para la cual trabajan. Es un número muy alto de personas frustradas profesionalmente. Es claro que todo el mundo debe trabajar para pagar las cuentas y saldar los compromisos, pero eso no significa que deban pagarlos con la propia felicidad.
Para el hindú Raj Sisodia, creador del movimiento internacional del Capitalismo Consciente y gurú de importantes empresarios brasileños, es extremadamente importante trabajar haciendo lo que a uno le gusta. “Además de eso, las personas también necesitan trabajar en un lugar que les guste. Las investigaciones muestran que la mayoría de los ataques cardíacos suceden por la mañana de los lunes. Esa es una señal de que hay algo errado en la vida de las personas”, dijo durante una conferencia, en un rápido visita a Brasil, el año pasado.
Si usted está insatisfecho profesionalmente, el primer paso es identificar la raíz del problema. En muchos casos, él puede estar dentro suyo. Busque cambiar su forma de ver las situaciones. No hay jefe en el mundo que tolere a un funcionario que se queja todo el tiempo. La mejor alternativa es hacer la diferencia y señalar las soluciones.
Pero no siempre la causa de la insatisfacción está en usted. De acuerdo con una investigación realizada por la Time Manager International en Europa, el principal motivo que lleva a las personas a renunciar en una empresa es la mala relación con el jefe. Si este fuera su caso, verifique la posibilidad de cambiar de sector en la empresa.
La desvalorización o la falta de reconocimiento también son motivos fuertes que llevan al desánimo profesional. Si la persona siente que no tiene cómo crecer o se da cuenta que su esfuerzo y competencia no son valorados por el jefe o por la empresa, y que aún gana menos de lo que debería, comienza a desanimarse.
Pero, en el caso de que su problema sea de insatisfacción con la profesión que escogió, no tenga miedo de cambiar los caminos de su vida. Es mejor haber “perdido” cuatro años en la facultad o en cursos de formación profesional que toda la vida haciendo lo que no le gusta.
Claro que no es fácil intercambiar la seguridad de hoy por la inseguridad del desempleo. Comience a buscar otras opciones de trabajo, de empresas o hasta incluso de áreas profesionales para poder salir del empleo actual con otro ya establecido. Si eso incluye ganar menos, péselo en la balanza. A veces, es necesario dar un paso hacia atrás para avanzar dos después.
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