Personas más honestas y dispuestas a compartir bienes con extraños – por lo menos con los que son de la misma religión que ellas. De acuerdo con el grupo de investigadores de la Universidad de la Colúmbia Británica, en Canadá, ese es el perfil de quien cree en dioses que castigan a los malhechores. El grupo, liderado por el antropólogo Benjamín Purzycki, propone que, en algunas circunstancias, la creencia ayudaría a crear sociedades más cooperativas y a controlar la violencia.
Basados en el concepto de que las divinidades que conocen las acciones humanas castigan a los malos y que recompensan a los buenos, los investigadores hicieron un estudio con 591 personas, en ocho diferentes comunidades por el mundo – en Brasil, el área de estudio escogida fue la Isla de Marajó, en Pará. Los resultados apuntan a que las personas que creen en recompensas para los actos buenos y castigos para actos malos son más propensas a ser íntegras. Es decir, aquellos que le tienen miedo a algún dios tienden a ser más honestos.
¿Cómo actúa Dios realmente?
La Biblia dice que el hombre debe temer a Dios. En Deuteronomio (10.12) está escrito: “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Tu Señor Dios de ti, sino que temas al SEÑOR Tu Dios…”
Sin embargo, muchos interpretan ese “temor” como “miedo”. El temor al que la Biblia se refiere es el sentimiento de respeto y reverencia que el hombre debe tener para con Aquel que lo creó y le ofrece la Vida Eterna.
“Suena extraño escuchar hablar sobre temor a Dios. La palabra da la idea de miedo o incluso pavor de Él. Se imagina entonces un Dios inflexible delante de las fallas y debilidades humanas”, afirma el obispo Edir Macedo, en su blog.
De acuerdo con lo que él dice, esa antigua manera de pensar no corresponde al mensaje que Jesús trajo: “El real temor a Dios se trata de fe, respeto y práctica de Su Palabra.”
Por lo tanto, aquel que presenta comunión permanente con el Señor y que practica verdaderamente Su Palabra es honesto, simplemente así, sin miedo y sin culpa. Ser honesto es una cualidad de quien tiene el carácter de Dios.
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