Lukas era un bebé de 7 meses de vida cuando el novio de su niñera lo agredió. Él no resistió y murió. La madre del niño, Heather Clark, en medio del dolor, decidió donar sus órganos. En la fila por el trasplante de corazón estaba la pequeña niña Jordan Clarke, de 1 año y medio. Ella volvió a la vida después del fallecimiento de Lukas.
Cuatro años pasaron y Heather conoció a la niña que recibió el pequeño corazón de su hijo. Se emocionó cuando, con la ayuda de un estetoscopio, pudo oír por primera vez los latidos del corazón de Lukas en el pecho de Jordan.
Una historia linda, que realmente conmueve. Pero, ¿ ya se detuvo a pensar que ella puede tener mucho que ver con su vida?
Jordan pudo continuar viviendo porque recibió un corazón nuevo. Con nosotros no es diferente. La Palabra de Dios dice que nuestro corazón es engañoso y perverso (Jeremías 17:9), y la única manera para mantener una relación con Dios es dejando que Él cumpla Su promesa:
“Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros Mi espíritu, y haré que andéis en Mis estatutos y que guardéis Mis preceptos y los pongáis por obra.” Ezequiel 36:26,27
Tener un nuevo corazón es tan esencial para una nueva vida con Dios que el rey David Le pidió eso:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Salmos 51:10
Si observamos esos dos versículos bíblicos, un nuevo corazón está directamente conectado a un espíritu diferente, y a la presencia del Espíritu Santo.
Pero, ¿cómo tener ese nuevo corazón?
“No sirve que usted use la fe del corazón; el corazón no tiene capacidad de darle nada”, advierte el obispo Edir Macedo. Él recuerda que es por esa razón que Dios promete darnos un nuevo corazón, pero mientras la persona insiste en mantener el viejo, no es posible.
¿Qué debemos hacer? “Usted tiene que poner ese corazón en el Altar, 100%, sacrificarlo”, responde el obispo. Dios quiere que nuestro corazón sea totalmente de Él, para que seamos libres de los sentimientos que nos hacen sufrir.
“Tener un nuevo corazón es que usted tenga los sentimientos de Dios. Pero mientras usted sea testarudo (a) y tenga ese corazón corrupto que lo hace vivir rehén de los sentimientos, de los pecados, de todas las transgresiones que ha realizado, está perdido. No hay oración, no hay ayuno, no hay nada que pueda ayudarlo”, advierte.
Solo hay una salida: coloque su corazón en el Altar. Y colocar en el Altar es que usted renuncie a las cosas que más ama en este mundo. “¿Qué es lo que usted más ama en este mundo? Usted lo debe colocar en segundo lugar. Tiene que colocar todo lo que está en su corazón en el Altar, dejándolo vacío. Cuando usted hace eso, el Espíritu Santo viene y cambia ese corazón, hace una cirugía, un trasplante, coloca un corazón Divino, para que usted tenga sentimientos de Dios y la visión de Dios, y la certeza de Él en su interior.”
Si usted también quiere tener un nuevo corazón, participe en las reuniones realizadas los miércoles y domingos en la Universal, en una Iglesia más cercana a usted.
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