Iba a ser un vuelo tranquilo, hasta que una azafata le derramó jugo accidentalmente a un pasajero – identificado solo como Shen -, durante el servicio de vuelo de la aerolínea China Southern Airlines.
De acuerdo con la información de los testigos al periódico asiático People’s Daily Online, a pesar de que el equipo se disculpó verbalmente, el pasajero también exigió una disculpa por escrito de la tripulación. Como eso no fue posible, él, enfurecido, invadió la cocina, agarró una botella grande de agua y vertió el líquido en dos azafatas (foto), luego las empujó y las agredió verbalmente.
El mal comportamiento del hombre fue reprendido por la policía del lugar, que lo detuvo tan pronto como el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Guangzhou Baiyun, en China, y fue detenido durante 3 días.
Con la misma moneda
El incidente recuerda el viejo dicho “pagar con la misma moneda”. Aunque las azafatas no habían tenido la culpa, el pasajero no estaba dispuesto a tolerar ni a perdonar lo que había ocurrido. Tanto fue así, que aún tuvo la intención de humillarlas y exigirles una disculpa por escrito. ¿Qué diferencia haría la nota por escrito? ¿Él podría perdonar de esa manera? Lamentablemente no.
Tal vez no seamos maleducados al punto de derramarle agua a una persona que nos atienda, pero, ¿no solemos “pagar con la misma moneda” cuando alguien nos hace algo malo?
Por ejemplo, cuando alguien lo encierra en el tránsito, un insulto en la calle, una pelea en la escuela, una discusión en una fila, una respuesta más grosera durante una atención, etc. ¿Ya ha observado cómo reacciona cuando lo ofenden?
Perdón
¿Qué pensaría el Señor Jesús y las personas que lo tienen a usted como un ejemplo si lo vieran maltratando a alguien? Somos humanos y obviamente cometemos errores y nos enojamos, pero nunca podemos perder el dominio propio, que es uno de los frutos del Espíritu Santo (lea esto en la Biblia, en Gálatas 5:22).
Si no logramos tolerar y perdonar las mínimas cosas, ¿cómo enfrentaremos las decepciones, traiciones y ofensas?
El Señor Jesús nos enseña que debemos perdonar innumerables veces: “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22)
Reflexione sobre su manera de reaccionar. Vea qué actitudes debe cambiar y actúe diferente cuando pase por un “test de paciencia”.
Si usted tiene algún rencor o resentimiento y quiere librarse de eso, acérquese a la Universal más cercana a usted y hable con un pastor.
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