“Mas a todos los que Le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”
(Juan 1:12-13)
No todos los seres humanos son hijos de Dios. Los hijos de Dios son solo los nacidos de Dios. Sin ninguna interferencia humana. De la misma forma como el Espíritu de Dios generó a Jesús, continúa generando a Sus hijos.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.” (Romanos 8:14)
En otras palabras: los hijos de Dios son solo los guiados por Su Espíritu. Quien no es guiado por el Espíritu de Dios no es Su hijo. El hijo obedece la dirección del Padre. Pero, los hijos del mundo insisten en decir que todos son hijos de Dios. No sea engañado. El hijo tiene las características del padre. Por ser guiados por el Espíritu de Dios, los hijos de Dios tienen características propias de Él, que son: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23).
Si usted no es hijo de Dios, tiene ahora la oportunidad de recibir poder para transformarse en hijo de Dios. No importa si usted tuvo o no un padre en la infancia, si conoce o no a su padre biológico, si él fue bueno o malo con usted. Tiene ahora la oportunidad de ser hijo del mejor Padre del mundo y experimentar lo que es ser amado de verdad por su Padre.
Y si usted es hijo de Dios y no se ha dejado guiar por el Espíritu de Dios, ¿qué tipo de hijo es usted? Si usted es hijo de Dios y no tiene las características del Padre, ¿qué tipo de hijo es usted? Las mejores y mayores promesas del Padre están reservadas para Sus hijos.
Aproveche la oportunidad de transformarse en un hijo de Dios.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo