Durante Sus días entre nosotros, Jesús nunca rechazó a nadie. Él comió con los pecadores, sanó a los enfermos, habló con los despreciados, amó a los rechazados, hizo milagros los sábados y sobre todo, nos enseñó a amar al prójimo.
En el Nuevo Testamento, Él nos dejó el ejemplo de Su Amor, al visitar 12 casas, vea a continuación cuales fueron Sus actitudes:
1 – La boda en Caná de Galilea (Juan 2:1-12)
La familia de Jesús fue invitada a una fiesta de bodas, junto con Sus discípulos. Sin embargo, durante la fiesta, el vino se acabó, es decir, la fiesta también se terminaría. Pero Jesús realizó
Su primer milagro al determinar que las aguas se transformaran en el mejor vino que ya había sido probado. El vino representa la alegría, siendo así, Jesús restauró la alegría de aquella casa.
“Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó Su gloria, y Sus discípulos creyeron en Él.” (Juan 2:11)
¿En su casa está faltando alegría? Sepa que Jesús quiere transformar todo el dolor y sufrimiento en la más pura felicidad.
2 – La casa de Pedro (Lucas 4:38-39)
Jesús llevó la cura
Al salir de la sinagoga, Jesús visitó la casa de Pedro, donde encontró enferma a la suegra del discípulo. Inmediatamente, Jesús reprendió la enfermedad y ministró la cura. La mujer fue sanada y comenzó a servir al Señor Jesús.
“E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.” (Lucas 4:39)
3 – La casa en Cafarnaúm (Lucas 5:17-26)
Jesús llevó la restauración
Al llegar a la casa que Le servía de posada entre los viajes, una multitud se acercó a Jesús, en búsqueda de varios milagros. Pero un hombre paralítico Le llamó la atención al haber sido introducido a la casa por el tejado por sus amigos. Admirado por esa fe. Jesús perdonó sus pecados y restauró su salud.
“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.” (Lucas 5:24)
Jesús quiere restaurar la salud de su vida y de su familia, invítelo a entrar a su casa hoy mismo.
4 – La casa de Leví (Lucas 5:29-32)
Jesús llevó arrepentimiento
Jesús fue invitado a comer a la casa de Leví, un publicano cobrador de impuestos.
Pero los fariseos enseguida comenzaron a discriminar a Leví por su pasado y le cuestionaron a Jesús y a Sus discípulos por comer con él. Sin embargo, el Señor les advirtió diciendo:
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” (Lucas 5:32)
Jesús llevó el arrepentimiento y el perdón a aquella casa, permita que Él entre a la suya y también perdone a todos por el pasado pecaminoso de cada uno.
5 – La casa de Simón (Lucas 7:36-46)
Jesús llevó unción y perdón
En Israel, había una costumbre de que cada vez que alguien llegara a alguna casa, el anfitrión ofrecía agua para lavar los pies y las manos del visitante. Cuando Jesús llegó a la casa de Simón, él no le ofreció tal hospitalidad, pero he aquí que hubo una sorpresa para todos, cuando una mujer entró, lavó los pies del Señor Jesús con sus lágrimas, los secó con su propio cabello y los ungió con ungüento.
Jesús vio el amor de aquella mujer y le dijo delante de todos:
“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.” (Lucas 7:47)
Invite a Jesús a entrar a su casa, derrame sus lágrimas a Sus pies y reciba el perdón y la unción.
6 – La casa de Jairo (Lucas 8:41-56)
Jesús llevó vida
Jairo estaba desesperado por la enfermedad de su hija e invitó a Jesús a que fuera hasta a su casa, pero, lo peor sucedió en el camino: su hija murió. Sin embargo, Jesús viendo la fe de aquel hombre, aun así fue hasta su casa y realizó el milagro:
“Mas Él, tomándola de la mano, clamó diciendo: “Muchacha, levántate. Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y Él mandó que se le diese de comer.” (Lucas 9:54-55)
Jesús puede resucitar lo que para usted ya está muerto. Llámelo para que entre a su casa y para que ¡traiga la vida de nuevo!
7 – La casa de Marta y de María (Lucas 10:38-42)
Jesús llevó la Palabra
En una de las casas que Jesús más frecuentó, Él nos dejó una gran lección al reprender a Marta, que se preocupaba demasiado por los quehaceres de la casa, mientras María se concentró en oír Su mensaje.
“Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.” (Lucas 10:42)
Deje las preocupaciones de lado, pídale a Jesús que entre en su casa y oiga lo que el Espíritu quiere decirle.
8 – La casa de Zaqueo (Lucas 19:1-10)
Jesús llevó Salvación
Jesús, al darse cuenta del esfuerzo de Zaqueo para verlo, se ofreció a visitar la casa de aquel publicano. Zaqueo se sintió privilegiado, reconoció sus pecados y decidió cambiar de vida, disculpándose con las personas que había defraudado.
Viendo su arrepentimiento, Jesús le dijo: “Hoy ha venido la Salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.” (Lucas 19:9)
¡Sepa que Jesús también quiere entrar en su casa y salvarle!
9 – La casa en el Cenáculo (Lucas 22:10-14)
Jesús llevó comunión
De acuerdo con algunos estudiosos, esta casa pertenecía al evangelista Marcos, fue allí donde los discípulos fueron bien recibidos y pidieron que se separe el mejor espacio de la casa con el fin de preparar la Cena del Señor.
“…Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua…” (Lucas 22:15
Cuando usted prepara lo mejor para el Señor Jesús, su vida y familia se llenan de la comunión en la presencia de Dios.
10 – La casa de Caifás (Mateo 26:57)
Jesús fue llevado para ser juzgado
Fue la única vez que Jesús fue llevado a una casa involuntariamente. En la casa de Caifás, el sumo sacerdote, Él fue juzgado, con el fin de condenarlo a la muerte.
“Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte…” (Mateo 26:59)
A menudo en nuestra propia casa levantamos la voz para juzgar a nuestros familiares y a personas que están a nuestro alrededor, sin darnos cuenta que Jesús también está allí con nosotros.
Reflexione y observe si sus palabras han sido de juicio para con su prójimo.
11- La casa en Emaús (Lucas 24:13-35)
Jesús llevó la visión espiritual
Después de Su resurrección, Jesús se les apareció a los discípulos, pero ellos no Lo reconocieron. Sin embargo, al ser invitado a entrar a la casa y a pasar la noche, Jesús partió el pan y les dio, en aquel momento, los ojos de aquellos dos discípulos se abrieron y pudieron ver que Jesús siempre estuvo entre ellos.
“Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.” (Lucas 24:34)
Jesús quiere abrir la visión espiritual de su familia para que todos vean que Él vive entre nosotros.
12 – La casa de los discípulos (Juan 20:19-23 y 26:29)
Jesús derramó el Espíritu Santo
Después de la muerte y de la resurrección de Jesús, los discípulos tenían miedo de los judíos. Pero el Señor se les apareció en la casa donde estaban reunidos y los calmó:
“… sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.” (Juan 20:22)
Sepa que en aquellos días en los cuales usted está solo, con miedo, con las puertas cerradas, el Señor Jesús está con usted y envía Su Espíritu para calmar su corazón.
Sea cual fuere su necesidad, el Señor Jesús continúa golpeando la puerta para entrar y transformar su vida y su hogar. Solo debe invitarlo en este momento, a través de una simple oración.
“He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él Conmigo.” (Apocalipsis 3:20)