“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6-7)
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” (Juan 3:19-21)
Usted, ¿ya ha pensado en esto? Es curioso cómo ciertas cosas en la vida ciegan a las personas, o las mismas prefieren cerrar los ojos para no tener que lidiar con algún problema, ya sea interior o exterior.
“Ciertas cosas” porque para cada uno representa una situación. Es la madre que no ve que su hijo está consumiendo drogas (a pesar de tener todas las evidencias delante de ella); es el familiar que no quiere ver que el pariente es alcohólico (que, sin asumir esto, inconscientemente está pidiendo ayuda), es el hijo que cree que es independiente (cuando en la realidad no logra imaginarse casándose o viviendo solo); es la esposa que sabe que el marido la traiciona (pero prefiere fingir que no pasa nada); es la persona que para cada error tiene una justificación; es aquella persona que sabe que debe dejar de mentir o de hacer algo que la perjudica a ella misma y a los demás (pero aun así persiste en ello, hasta perder todo lo que tiene).
En fin, existe una inmensidad de “es”, de situaciones que hacen que las personas traten de escapar de la realidad. Pero, tarde o temprano, la misma sale a la luz, y llega como un tifón, destruyendo todo por donde pasa: familias, vidas, relaciones.
Muchos de nosotros vivimos o conocemos a alguien que vive así. No se engañe, porque la suciedad debajo de la alfombra no se evapora, solo se esconde y se acumula.
Por lo tanto, debemos prestar atención a los ojos de la verdad y enfrentar la situación de una vez por todas, antes de que sea demasiado tarde. ¿Qué tal si comienza hoy? Vea el problema, enfréntelo y tome una actitud para resolverlo.
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