En el mes de enero, en todos los templos de la Universal, estamos preparándonos para un gran día, el del Fin del Decreto, en el cual clamaremos y determinaremos el fin de la miseria, de las enfermedades, y de toda suerte de problemas que han destruido la vida de las personas.
Sabemos que el mal ha invertido todas sus fuerzas para causar el sufrimiento, el dolor y la desesperación en la vida de muchos. Hogares han sido destruidos a través de vicios, enfermedades, traiciones, violencia, escasez, desavenencias, etc.
Y es por esta razón que hemos instituido ese día para ponerle fin a todo el sufrimiento.
Un decreto es una orden irrevocable dada por una autoridad que debe cumplirse de forma inmediata. Es así que el mal ha actuado. Él ha decretado la destrucción y ha cumplido. ¿No es lo que hemos visto?
Siendo así, basados en la palabra de Dios, usaremos la fuerza del decreto en favor de la vida, decretaremos que, en la vida de los que creen y traigan su carta, habrá una transformación total y completa: en lugar de muerte, vida; en lugar de destrucción, la reconstrucción del hogar, del matrimonio, de la salud, de la vida económica y de todas las áreas de la vida. Así como le sucedió al pueblo judío, cuando fue víctima de un decreto del rey Asuero, que – influenciado por el odio de Amán – ordenaba que todos los judíos debían morir, sin ni siquiera saber que su propia esposa, la reina Ester, era judía.
Ester, convencida por su tío Mardoqueo de que solamente ella podría interceder junto al rey Asuero por el pueblo judío, tomó una actitud de fe e, incluso corriendo riesgo de vida, decidió presentarse, sin ser invitada, en la presencia del rey para interceder por su pueblo. En aquella época, cualquier persona que osara presentarse delante del rey, sin ser llamada, era castigada con la muerte, a excepción de que el rey extendiera su cetro hacia ella.
El coraje, la sabiduría y la fe de la reina salvaron al pueblo judío de la muerte, porque el rey no solamente la recibió sino que también acató su pedido – y un nuevo decreto fue establecido en favor de la vida de los judíos.
Y el 29 de enero, no será diferente.
Participe, el domingo 29 de enero, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o en la iglesia más cercana a su domicilio, donde será decretado el fin de todo el sufrimiento. Consulte aquí las direcciones.
Entre aquí y vea la página donde puede imprimir la carta para llevarla el domingo 29 a las 9:30h en la Universal más cercana a usted.
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