En todo el mundo la traición es uno de los grandes motivos que llevan a las parejas a pelearse. Pero en China las relaciones extraconyugales están volviéndose una moda y para algunas personas incluso una profesión. Mujeres de 20 años se están transformando en muñequitas de lujo para ganar dinero y servir de trofeo para los hombres casados y con mucho dinero.
Aunque el país sea conocido por su cultura conservadora, las investigaciones revelan que la infidelidad no deja de crecer y ya está generando impactos en la economía. De acuerdo con un artículo publicado en la página The Daily Beast, la nueva tendencia de tener una novia fuera del matrimonio ha sido sinónimo de status para muchos hombres.
La mayoría de ellos comenzaron a sustentar los gustos refinados de sus amantes, llegando incluso a comprarles departamentos de lujo, para que puedan vivir durante el “compromiso”. A cambio, ellas no pueden engañarlos y deben estar siempre muy bien arregladas, para que puedan acompañar a sus amantes en eventos empresariales.
Pero, ¿por qué muchas mujeres aceptan el papel de amantes?
De acuerdo con el psicólogo Alexandre Rivero, las mujeres actúan así porque banalizan el amor. “La idea de vivir una relación con compromiso, lealtad, empatía y presencia fuerte ha sido tratada como un impedimento para la felicidad. Como si ser feliz exige establecer relaciones fundamentadas en el consumismo y el
descartecompulsivo. En este contexto muchas personas terminan sintiéndose valorizadas solo con demostraciones meramente materiales”, destaca.
Después de decepciones sentimentales, la representante de t-marketing Nataly Aquino, de 25 años, aceptó el papel de amante de una pareja durante ocho meses. “Primero me relacioné con la mujer y, después que su marido nos descubrió, pasé a relacionarme con él. Recibía mimos y regalos caros, pero, incluso con todo eso, me sentía sucia, era infeliz y frustrada. Tenía la sensación de que estaba destruyendo una familia”, afirma.
La historia de Nataly prueba que el resultado de las relaciones extraconyugales es el desequilibrio familiar, emocional y espiritual no solo en la pareja, sino también para quien es amante.
Ella destaca que, mientras que recibía regalos y se relacionaba de esa forma, llegó al punto incluso de intentar suicidarse. “Todo lo que hacía era para llenar el vacío que sentía. Después de recibir una invitación para concurrir a la Universal, decidí asumir un compromiso con Dios. Dejé de ser amante, pasé a tener paz, conseguí un buen trabajo y hoy me arrepiento de un día haber sido usada y causarle sufrimiento a esa familia”, concluyó la ex amante, que ahora cree que lo mejor es tener un verdadero compromiso al lado de la persona que amamos.
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