En primer lugar veamos lo que dice el diccionario sobre la vanidad, para después poder recorrer los campos minados de ese asunto que muchas defenderán con uñas (de porcelana) y dientes (extremadamente blancos de blanqueamiento), y con cara de fieras frunciendo sus cejas (dibujadas con tatuaje, que se la ve a dos leguas).
Vanidad: Orgullo de la persona que tiene en un alto concepto sus propios méritos y un afán excesivo de ser admirado y considerado por ellos; cualidad de lo que es vano, vacío, basado en apariencia ilusoria.
Es divertido cómo las cosas han cambiado de nombre hoy en día … Orgullo ahora es valorarse, mentir es evitar problemas, el pecado ahora es desliz y la vanidad también cambió de nombre, se llama cuidado. Generalmente cuando se es vanidosa la persona se auto titula como alguien a quien le gusta “cuidarse”, sólo eso.
Bueno, vamos a ver lo que realmente es cuidarse: Higiene general y mantenimiento de ellas, cuidado con el vestuario (ropa limpia, pasada, en buen estado y que sean de acuerdo a la edad, cuerpo, estilo de vida cristiana, etc.), cuidado con su cabello, las uñas, la salud, etc.
Ahora vamos a ver cuáles son las funciones de la vanidad exterior, pues existe la interior también:
El blanqueamiento dental exagerado, la famosas cejas tatuadas de manera marcadísima, la lipo, las uñas decoradas que más parecen el Cartoon Network, la cara congelada gracias hay una cierta toxina …, la dependencia del maquillaje hasta el punto de no soportar ver su rostro lavado – esa es muy triste, la preocupación diaria con el look de la moda, la exageración en el balangandan (accesorios, bisuterías…), e incluso la falta de equilibrio con dietas, bien, pues todo eso y mucho más, se llama vanidad, tanto si te gusta o no, ¡sí es vanidad!
Hay una línea muy sutil que separa el cuidado de la vanidad, por eso tenemos que prestar mucha atención para no sobrepasarla y también para no quedar detrás de la línea del cuidado y vivir como una verdadera ogra o mujer de las cavernas, e incluso alegar que es así porque no es vanidosa. Sólo que no es así, queridas. ¡Eso se llama descuidada!
Las influencias de la televisión, revistas, internet y sus celebridades, han llevado a muchas a una ceguera tan grande al punto de hacer un papel ridículo en el afán de ser más bellas. Terminan perdiendo sus características naturales, sus curvas, sus rizos, sus pecas que cuentan historias, y los cambios en sus rostros que las recuerdan lo que vivieron, vencieron y cómo mejoraron como persona. ¿Por qué tanto pavor? ¿Por qué tanto miedo a ser una mujer con todas sus fases? ¿Por qué el rechazo de lo que se es, sin las capas de base y polvo? Muchas se están perdiendo en medio de tanta ilusión aun siendo una mujer que dice estar llena del Espíritu Santo, aún así la vanidad se ha llevado lo mejor y ha conquistado cada día más espacio en su vida.
¿Usted ha sido cuidadosa consigo misma, o usted ha sido vanidosa? ¿Usted sólo se “siente” hermosa cuando está “tuneada”, plastificada y llena de colgantes? ¿Y se rechaza cuando se ve al natural? Bueno, lamento decepcionarla, más si ese es su caso, entonces usted es vanidosa. Este sentimiento no es aceptable en dosificación alguna según la palabra de Dios, ¿lo sabía? Entonces haga una investigación sobre el asunto según la Biblia y luego usted me dará la razón, y aquí ni entré en el mérito de la vanidad interna, que es asunto para otro post. Vamos a quedarnos aquí con esta reflexión en el libro de Job.
“No confíe, pues, en la vanidad, engañándose a sí mismo, porque la vanidad será su recompensa.” Job 15:31
En fin … si valora la vanidad y no sabe vivir sin ella, ella será la única cosa que le quedará. La vanidad será su galardón.