El consejo de hoy es para los que se encuentran en medio de un vendaval de problemas y no saben qué hacer.
Si usted aún no tuvo una experiencia personal con el Espíritu de Dios y se encuentra abatido, mi sugerencia es que aproveche ese limón y que haga con él una bella limonada. Sepa que nadie logra tener una experiencia con el Eterno cuando todo va bien.
A fin de cuentas, el Señor Jesús solo Se hace SALVADOR de quienes están perdidos en las tormentas de la vida. Es en el desierto que nos encontramos con Él. Aproveche para buscarlo dondequiera que usted esté.
Pero, si usted ya murió para este mundo y carga en sí la naturaleza Divina, la imagen celestial del Señor Jesús, entonces sepa que nuestra leve y momentánea tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria (BENDICIONES), por encima de toda comparación.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” 2 Corintios 4:17-18