Para aquel que recibió el Espíritu Santo, no existe nada mejor, más noble y que traiga más privilegio que ganar almas. Es por eso que él ejecuta la orden del Señor Jesús por donde pasa con la misma dedicación del principio de su llamado. Y no importa el lugar, pues lo importante para él es llevar el Evangelio a toda criatura (Marcos 16:15).
Naturalmente, en todos los lugares existe quien esté sufriendo y buscando consuelo, pero, si miramos a África, donde más de la mitad de la población convive con la pobreza, epidemias y conflictos étnicos, veremos que seguir la orden de Jesús no es solo una misión, sino un compromiso de fe y de responsabilidad con Su Palabra. Pero es gracias a la ejecución de esa orden por parte de siervos temerosos y obedientes que millones de africanos han conocido, abrazado y vivido la fe y la esperanza de días mejores y prósperos, no solo en el aspecto económico, sino, sobre todo, en el espiritual. Y si es en el cambio de pensamiento que comienza el cambio de perspectiva, de enfoque y de visión, especialmente de sí mismo, es justamente eso lo que muchos africanos han aprendido con el conocimiento de la Palabra de Dios.
En países como Angola, Gabaón, Quénia, Camerún, Madagascar, Ruanda, Mozambique, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Gana, Tanzania, Zimbabue, Sudáfrica y varios otros, evangelistas, obreros, pastores y obispos literalmente han vestido la camiseta y han salido a las calles, plazas, casas, hospitales y villas nómades, como las del Massai, llevando el Mensaje de Salvación, liberación y cura del Señor Jesús. Debido a eso, innumerables africanos han sido alcanzados por el Evangelio, liberados, curados, salvos, y se han vuelto, de la misma forma, agentes transformadores de la sociedad, llevando a los necesitados la ayuda que necesitan y la misma Palabra de fe y Salvación que recibieron.
Eso explica la importancia de la formación de nuevos siervos de Dios generados por el Espíritu Santo. Es decir, si fueron salvos por la fe, liberados por la Palabra y bautizados con Su Espíritu, es natural que ese ciclo de Salvación se perpetúe por intermedio de ellos, alcanzando a más personas para que sean salvas, liberadas y bautizadas.
Pero no solo eso. Cuando una persona tiene el alma salva del infierno, tiene también la vida, el futuro, los pensamientos, las expectativas y la autoestima salva también. Eso significa que pasa a tener vida de hecho y les transmite eso a todos los que puede. Es por eso que le conviene al que es nacido de Dios hacer lo posible para esparcir la Verdad independientemente del lugar, no importando si es bueno o malo, cerca o lejos, saludable o insalubre, pues el mejor lugar para predicar el Evangelio será siempre aquel donde haya una vida perdida, una persona sufrida.
Y es justamente a causa de esa consciencia, temor y compromiso con la Palabra del Señor Jesús que África ha sido avivada por la fe y ganada, poco a poco, para Él.
Colaboró: Jaqueline Corrêa