Son innumerables. Pero la principal está relacionada a la conquista y a la preservación de la Salvación eterna del alma.
¿Cuántos han comenzado bien en la fe, sin embargo, con el transcurso del tiempo se desaniman?
¿Cuántos maduran, nadan y, lamentablemente, mueren en la playa?
¿Por qué? Porque, de una forma o de otra, fueron influenciados por algún sentimiento. Sea un sentimiento de frialdad espiritual, un sentimiento de rencor contra un hermano, un sentimiento de culpa, un sentimiento de duda, un sentimiento de desprecio, en fin, una infinidad de sentimientos que no tienen nada que ver con la fe bíblica.
La fe bíblica se refiere solo a lo que está escrito en la Palabra de Dios. Si usted siente amor, odio, ganas de obedecer o de desobedecer, no importa. Lo que vale es lo que está escrito. Es decir, no hay nada de sentimientos.
Lo que Dios dijo o dice tiene que ser obedecido, independientemente de si nos gusta o no, si siente o no…
Ha sido un gravísimo error asociar su fe tan rica, tan preciosa, tan valiosa con sentimientos tan mezquinos como los del corazón perverso. Sería como si usted se pusiera la ropa más linda de este mundo y saliera por los pantanos a agarrar cangrejos…
A través del profeta Isaías, el Señor PROMETE:
Y reposará sobre Él (Jesús) el Espíritu del SEÑOR; Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Isaías 11:2
¿Dónde están los sentimientos de alegría o de tristeza; de amor o de odio; de pesar o de desesperación en este Texto Sagrado? Por lo contrario, ¡Dios es Sabiduría, es Inteligencia, es Consejo, es Poder, es Conocimiento y es Temor!
En la iglesia “se siente” caliente en la fe y allá afuera siente frialdad. Es decir: la persona que vive una fe basada en lo que siente o deja de sentir prueba que su fe depende del sentir, no de la obediencia a la Palabra de Dios. Significa que el fiel nunca nació del Espíritu.
A través del profeta, el Señor le dijo a Israel:
Y os daré pastores según Mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia. Jeremías 3:15