Patricia Insfran: “Visité el Templo Salomón con un propósito, ser bautizada en el Espíritu Santo y fue una bendición. El viaje cambió mi vida, hoy tengo paz, alegría, soy feliz, fue la mejor experiencia.
Yo me había imaginado el Templo de Salomón por las fotos, pero cuando uno lo ve personalmente es hermoso no hay palabras para describirlo, hay que estar ahí. En una de las reuniones en la que participé en el Templo, logré ser bautizada en el Espíritu Santo, gracias a Dios, volví totalmente transformada.
Hace cuatro meses volví, fue un regalo de cumpleaños porque el Templo de Salomón es mi lugar en el mundo, fue una gran bendición. Ahora voy casi todos los años, es Increíble estar ahí, es un lugar extraordinario y recomiendo que los que no fueron, vayan”.
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