Isabel descubrió el sufrimiento a una temprana edad, en su adolescencia experimentó un intento de abuso sexual que la dejó con traumas. Tenía dificultades para dormir y tenía miedo de quedarse sola.
Pasado los años, se casó y comenzó a tener hemorragias vaginales debido a ovarios poliquísticos, que según su médica desaparecerían al término del embarazo. Isabel llegó a tomar fármacos de dosis fuertes para frenar las hemorragias vaginales y aún así no cesaron, la piel de su rostro se vio afectada por dichos fármacos, la situación repercutió en su autoestima y los complejos no tardaron en aparecer.
Por otro lado, su marido se volvió adicto al cigarrillo y al alcohol, lo cual le trajo problemas en su matrimonio, convirtiendo la relación en un caos. Ese fue el límite de su dolor.
La invitaron a participar de las reuniones de la Universal y, través de su fe, su vida cambió por completo. Su marido abandonó los vicios, no tiene más miedo de quedarse sola y está totalmente curada: “Estoy limpia, no hay ningún quiste en mis ovarios”, finaliza feliz.
Si usted ha atravesado problemas y se cansó de sufrir, ¡este es el momento, de intentar algo más!
Participe este 17 de febrero, a las 9:30 h, en el Templo de la Fe, en Av. Corrientes 4070, Almagro. Y en todas las Universal del país.
Vea el testimonio: