Conocido comúnmente como TOC, el trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación y conductas repetitivas, denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
Los síntomas y la importancia que implica el TOC pueden presentarse a cualquier edad, pudiendo producir una importante discapacidad: la OMS lo incluye entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes con una prevalencia del 0,8% en los adultos y del 0,25% en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más comunes.
Un trastorno como este afecta la vida cotidiana de quien lo sufre. Cameron Diaz, la protagonista de “Loco por Mary”, ha confesado que no está asustada de los gérmenes pero que es consciente de los problemas que pueden ocasionar.
Al parecer, Cameron tiene la costumbre de abrir las puertas con los codos para evitar a toda costa que sus manos entren en contacto con cualquier tipo de germen.
El ejemplo de la actriz hollywoodense sirve para ilustrar perfectamente lo que se conoce como “obsesión de contaminación”: una preocupación por los gérmenes (virus, bacterias, hongos, etc.), suciedad, polución, o sustancias químicas peligrosas; preocupación por las secreciones corporales (orina, heces, saliva, etc.); preocupación por contraer enfermedades que se transmten por contacto directo (sida, hepatitis…); desarrollar enfermedades mentales (alzheimer, esquizofrenia, psicosis, etc.), cáncer, infarto repentino o temor de padecer alguna enfermedad desconocida o no catalogada (hipocondría); miedo a las radiaciones ionizantes o no ionizantes (telefonía móvil, microondas, antenas, radares, centrales nucleares, etc.), que es uno de los TOC más comunes.
Los problemas en la familia desencadenaron el TOC de su hija
La familia Arroyo vivía una situación conflictiva debido a los problemas de pareja. Las agresiones verbales, las amenazas de suicidio y la infidelidad afectaron directamente a los hijos.
La principal afectada fue Sabrina, que desarrolló un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) al absorber todo lo que sucedía entre sus padres. Esto derivó en su atención psiquiátrica. La situación económica no ayudaba, habían perdido todo y a veces no tenían para comer.
Sin embargo, una noche de insomnio Luis vio el programa de la Universal, buscó la iglesia más cercana y comenzó a hacer las cadenas. Perseveró y el cambio fue notorio. Juntos lucharon para salir adelante y Sabrina fue libre del TOC, cancelaron las deudas y el matrimonio fue restaurado. “Hoy somos una familia feliz”, afirma.
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